Atilio Pravisani / La Capital
Santa Fe. - La crisis que sacude al transporte urbano de pasajeros en la ciudad se reavivó a partir de la amenaza de la Unión Tranviaria Automotor (UTA) de retirarse de los procesos de cogestión en una docena de líneas si los empresarios del sector no dan respuesta a los reclamos de los trabajadores. Muchas empresas están al borde de caer. El nuevo detonante se conoció anteayer tras una conferencia de prensa de la UTA en la que su titular, Jorge Kiener, reveló que el gremio dejará de participar de las administraciones compartidas con grupos empresariales como se había convenido meses atrás en las líneas 2, 3, 5, 6, 7, 8, 14, 16 y 18. "Estas líneas deberán afrontar las responsabilidades que les correspondan -dijo Kiener- porque si no pararemos el servicio. A los empresarios les gustó que los empleados hicieran todo, incluso el trabajo de ellos, pero eso se acabó". El gremialista anticipó así que de no pagarse los salarios en tiempo y forma y cumplir con los convenios de trabajo se caerán las líneas de transporte. "Para enfrentar esta crisis, los trabajadores le pusieron el pecho al problema, se metieron de lleno en las empresas e hicieron lo que tenían qué hacer. Pero el empresario se vio en una situación fácil: le gustó y entonces no hizo nada más. Se quedó piola y dejó todo a cargo de los trabajadores; menos el dinero". Kiener señaló que por este motivo los trabajadores "se sintieron usados" durante estos seis meses en los cuales "sólo vieron los números pero no la caja, que sólo manejaban los patrones". El dirigente precisó que así "cada vez salía más dinero, cada vez se pagaban más cosas, incluso algunas que durante años jamás se habían pagado". La decisión de la UTA, en caso de que no aparezcan soluciones y se produzca una señal concreta por parte del sector empresarial, puede conducir al transporte en Santa Fe a un callejón sin salida. Lo paradójico del caso es que este servicio público en la capital provincial exhibe uno de los boletos más caros del país (90 centavos) y también uno de los más pobres, si se tiene en cuenta el estado calamitoso de las unidades y el casi nulo cumplimiento de las frecuencias. Por su parte, el intendente Marcelo Alvarez sostuvo que las condiciones siguen siendo las mismas por espacio de 30 días y por ello descartó la posibilidad de conflictos, aunque admitió como lógica que la situación tienda a agravarse por las actuales condiciones del país.
|  Se reavivó en Santa Fe la crisis del transporte. |  | Ampliar Foto |  |  |
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