Luis Castro / La Capital
El tema se instaló en el pueblo rojinegro. La sensación que quedó tras el empate ante River en el Monumental es que si se animaba y le faltaba el respeto se quedaba con los tres puntos. Incluso, hasta el propio técnico Julio Zamora y la mayoría de los jugadores, luego de repasar el encuentro, coincidieron en que se pudo lograr más que una igualdad. Es cierto, River y Boca imponen respeto. Siempre llevan consigo la chapa de candidato y por obligación deben pelear por el título. Ni siquiera se puede pensar en terminar en los primeros puestos, sólo importa el grito de campeón. Y para jugarle de igual a igual, sobre todo en campo adversario, se debe tomar ciertos y lógicos recaudos. El planteo rojinegro trazado previamente consistía en no perder. Una igualdad era un buen resultado, como realmente lo fue. Pero uno de los temas en discusión es si no se debió modificar el planteo original cuando el millonario quedó en desventaja sobre el final del primer tiempo con la expulsión de Celso Ayala -defensor y uno de los pilares del equipo de Pellegrini-. Más aún recordando que en las declaraciones hechas antes del arranque se planteó como objetivo ser protagonistas. Y si esa es la tendencia, hay que demostrarlo. ¿Hubo cierto miedo escénico? ¿Ñuls no se animó a arriesgar? ¿Prefirió el punto antes que nada? El Negro Zamora primero opta por defender lo realizado en Núñez, aunque también cabe aclarar que el punto conseguido no es para nada malo. "No se presentará otro partido como el que se dio. Antes se decía que un empate era bueno, pero después todos hablan con el resultado puesto. Por ahí se habla de la audacia... Hay que ver cómo se manejan esas cosas. Estoy conforme porque hicimos lo que debíamos hacer". Pero también reconoce que todo pudo haber sido diferente. "Lo tuvimos para ganar. La realidad es esa, no supimos aprovechar las situaciones que tuvimos. Terminamos 0 a 0, que en los papeles es un buen resultado, más allá de que después uno piense que lo pudimos haber ganado". River impone respeto. No hay discusión en ese aspecto. Pero este equipo no se presenta con tantas figuras de renombre como en otros torneos y, tal vez, esta era una buena oportunidad de hacerse grande y demostrar sus pretensiones de transformarse en uno de los animadores del Apertura.
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