La devaluación y las remarcaciones de precios hicieron subir los costos para el mantenimiento y reparación de los vehículos. Esto hizo que mucha gente cambie los hábitos a la hora de cuidar el coche. Y eso impactó de lleno en las ventas de los comercios del rubro. "Hoy casi todo se repara o se arregla, no se cambia por nuevo", resumió el mecánico Omar Van Strate. Así repuntó la actividad en los talleres rectificadores y el trabajo en los desarmaderos. Un amortiguador, una bomba de agua o un embrague se pueden reparar sin necesidad de cambiarlos. De lo contrario, y si de comprar nuevo se trata, están las segundas o terceras marcas. "Las ventas no cayeron tanto, pero se hacen de contado o con tarjeta de débito", dijo Fernando Rosas, de La Casa del Renault. Las tarjetas de crédito son un recuerdo para los comercios del rubro autopartista. En cuanto a los lubricantes, "los automovilistas optan por renovar los filtros recién al segundo o tercer cambio de aceite", apuntó Daniel De Cleene, de Lubrisur. Las ventas cayeron un 60 por ciento. Es que "la gente opta por adquirir productos de inferior calidad en los súper", agregó. A los neumáticos se los hace durar hasta donde se pueda. "Antes se cambiaban todos, ahora se cambia de a uno o dos", comenta Eugenio, de una importante casa del rubro. Allí, las operaciones descendieron a la mitad. En las aseguradoras notan que hay circulan más autos sin pólizas, creen que los casos treparon a un 60 por ciento del parque automotor. O la gente bajó un escalón en cuanto a la cobertura. En una compañía de primera línea, la mayoría de las pólizas son contra terceros y el 1 por ciento de los clientes tiene seguro total. En las estaciones de servicios ya ni escucha el "llenalo". La gente prefiere perder rendimiento en el auto y cargar nafta común en lugar de la súper. Es muy raro ver a alguien que pide súper especial o ecológica. A diferencia de antes, los que tienen autos gasoleros andan con cara larga.
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