Año CXXXV
 Nº 49.548
Rosario,
martes  23 de
julio de 2002
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Egipto cumple 50 años del fin de la monarquía

Anne-Beatrice Clasmann

El Cairo. - Corría el caluroso verano de 1952 y la élite del reino egipcio buscaba refrescarse en el Mediterráneo. Entonces un grupo de militares insatisfechos en El Cairo protagonizó un golpe de Estado con que arrebató el poder al gobierno y al rey Faruk I. Para muchos de los egipcios de las generaciones mayores, la revolución del 23 de julio sigue siendo hoy, 50 años después, un día que recuerdan llenos de orgullo.
Los Oficiales Libres responsabilizaban a sus superiores corruptos, los pachás (altos cargos políticos y militares), y al rey, de nepotismo y del fracaso de su ejército en la guerra árabe-israelí de 1948. A la vez, también representaban una nueva era del nacionalismo árabe. En esa época, el Egipto del presidente Gamal Abdel Nasser, un teniente coronel que se sumó al movimiento de los Oficiales Libres, se convirtió en la potencia líder de la región.
La Nación árabe había nacido. En el mapa político, sin embargo, se quedó solamente en una especie de "intermedio". La unión entre Egipto y Siria en la República Arabe Unida duró de febrero de 1958 a septiembre de 1961, pero, en las mentes de muchas personas, esta ficción de la unidad árabe sigue desempeñando un importante papel.
Y sobre todo goza de gran popularidad cuando los árabes como colectivo se sienten atacados, tal como ocurrió tras los atentados terroristas del 11 de septiembre. Muchos de ellos, de repente, se sintieron injustamente tratados y discriminados como "presuntos terroristas".

La visión de los jóvenes
Aunque entre las generaciones más jóvenes hay muchos nasseristas que siguen soñando con un Estado socialista y la unidad árabe, la mayoría de ellos no ve la revolución de 1952 con el mismo entusiasmo. "Sí, entonces sacaron al rey del país y expulsaron finalmente a los británicos del país, pero a largo plazo ¿qué hemos ganado?", se pregunta una joven universitaria de El Cairo.
"Entonces -continúa- teníamos pachás y terratenientes en el poder. Hoy los nuevos ricos son los empresarios. La gente común y corriente vuelve a salir con las manos vacías". Por esta razón, algunos nasseristas hablan de una "revolución inconclusa".
En un principio no todos tenían claro que el golpe militar de los Oficiales Libres comandados por el general Ali Mohamed Naguib iba a significar el fin de la monarquía y el principio del fin de la influencia británica en Egipto tras el 23 julio.
Después de que los sublevados se tomasen los principales edificios del gobierno en El Cairo y Alejandría, y detuviesen a altos cargos militares, el nuevo y autoproclamado jefe del Estado Mayor se dirigió por radio al pueblo egipcio. "Egipto ha pasado por una época crítica en su historia más reciente. Fue la época de la gran corrupción e inestabilidad del gobierno (...). Los sobornados contribuyeron ampliamente a nuestra derrota en la guerra palestina, pero ahora nosotros mismos nos hemos purificado", señaló el general Naguib.
Los Oficiales Libres encargaron al ex primer ministro Ali Maher Pasha la formación de un nuevo gobierno. Pero poco después asumieron el gobierno los mismos sublevados, liderados por Naguib. En 1953 abolieron la monarquía y proclamaron la república en Egipto. Un año más tarde, Nasser tomaría el poder, desplazando a Naguib, para constituirse en el líder de mayor influencia del mundo árabe hasta su muerte, en 1970. (DPA)


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