El joven cantautor español Ismael Serrano definió a su álbum recientemente editado "La traición de Wendy" como una obra que "hace referencia a la traición, a la infancia y a los sueños que supone crecer".
En diálogo telefónico con Télam desde Madrid, Serrano se definió como "un trovador de la realidad, y por eso, en este caso, quise hablar en el disco de los sueños que uno tiene cuando es chico, de esas ansias de crecer que a veces quedan truncas".
"Por eso tomé como referencia temas como «Ahora» y «Si Peter Pan viniera», recreando la historia de ese hombrecillo pequeño pero con un corazón inmenso", agregó.
Según Serrano, "mis temas combinan o por lo menos intentan combinar lo poético con lo testimonial. En estos tiempos tan confusos y complicados, yo no podría estar haciendo canciones que sólo digan «te quiero» o «te extraño». Para eso hay otros que lo hacen mejor que yo".
Respecto de su forma de componer, Serrano expresó que las canciones llegan a él desde la vida cotidiana, "de lo que ves en la calle, en el metro, en el avión, en los hoteles. Historias mías algunas, otras que me las cuentan, pero lo que tienen en común es que con todas ellas quiero aportar algo para que vivamos en un mundo mejor".
Un disco distinto
"La traición de Wendy" es la cuarta placa compacta de una carrera que comenzó por el año 1996, y que en el plano de los registros discográficos se manifestó antes en "Los paraísos desiertos", "Atrapados en azul" y "La memoria de los peces".
Serrano, quien en 2001 protagonizó una serie de shows en la Capital Federal y en distintas ciudades argentinas, entiende que "La traición de Wendy" es, dentro de su producción, el álbum más alejado de su estilo habitual, porque aunque están en él "las baladas, que son las que me posicionaron, se pueden encontrar también sonidos como los de Massive Attack o Portishead".
El año pasado, Serrano logró el premio Goya a la mejor canción original por su pieza "Kilómetro cero" -escrita para el filme del mismo título-, un halago más en una carrera en la que el artista puede ufanarse de haber compartido escenarios con figuras de la talla de los españoles Paco Ibáñez, Luis Pastor y Luis Eduardo Aute, el cubano Silvio Rodríguez y los chilenos hermanos Parra.
Precisamente fue Aute quien presentó a Serrano en su primer concierto en el Palacio de los Congresos de Madrid, con lo que se erigió en su padrino musical.
"En un momento en que el rock manda a su gusto y antojo -juzgó-, me parece muy interesante que permanezcan vivos en la gente, sobre todo entre los jóvenes, cantautores como Aute o Joan Manuel Serrat, quienes con su sola imagen ya te hacen emocionar".
"Los que hoy somos un poco más jóvenes aprendimos de grandes maestros como Silvio, Aute o Serrat, con quienes tenemos un compromiso generacional porque nos marcaron el camino y porque, por sobre todo, seguimos creyendo en las utopías".
Ismael Serrano jura que no quiere ser de esos artistas de los que se habla sólo porque "pegó" una canción de ellos: "En España y en muchas partes del mundo estamos cansados de ver proyectos de vida efímera; mi intención es que mis canciones se tornen atemporales y terminen perteneciéndoles al pueblo".
Conocedor de la música de rockeros locales como son León Gieco, Fito Páez y Andrés Calamaro, Serrano, quien planea -sin fechas seguras por ahora- una serie de actuaciones argentinas, concluyó alertando que "hoy más que nunca debemos estar atentos a lo que ocurre a nuestro alrededor, porque el enemigo está a la vuelta de cualquier esquina". (Télam).