Los niveles sonoros que se generan en los recitales del Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC) exceden los niveles permitidos por las normas vigentes. Así lo afirma un estudio que hizo otro organismo municipal, la Dirección de Control Ambiental, y fue admitido por el responsable del cuestionado espacio cultural, Horacio Ríos. Esto comprueba las denuncias de los vecinos por ruidos molestos originados en el CEC y también en los boliches y bares de la zona. Pero lo que enervó más a la gente fue que a pesar de haberse impuesto una veda musical en los locales del Bajo "igual pasó de todo" en materia de ruidos, mientras que "nada se resolvió" con respecto a los espectáculos musicales que se realizan en el centro, según denunciaron.
El director del CEC dijo a La Capital que no habrá shows hasta fines de septiembre y que se están estudiando medidas para controlar la salida de los sonidos desde el galpón con el fin de que no molesten a los que viven cerca. A los vecinos se les prometió que los controles en la zona se intensificarán y no habrá más habilitaciones para los bares que pretendan pasar música u organizar recitales.
Un grupo de habitantes de la zona de Tucumán y San Martín tuvo una reunión ayer con Ríos y la directora de Registración e Inspección municipal, Ana Acosta, a quienes presentaron sus quejas. Hubo momentos de tonos subidos y los vecinos se fueron disconformes porque "sólo se escucharon promesas".
El problema de los ruidos en ese lugar no es nuevo. Entre las disco, los bares, el tránsito y la movida de jóvenes durante las madrugadas de los fines de semana conforman un cóctel sonoro no apto para el descanso. Y desde diciembre pasado se sumaron los recitales del CEC.
"No se puede vivir más"
Leonor de Linares vive en un 10º piso de San Martín al 400 y añora la tranquilidad de hace una década. "Ya no se puede vivir más por los ruidos. Y cuando hay recitales hasta el edificio se mueve", contó.
La gente reconoce que el mismo Ríos se preocupó por la cuestión y pidió un estudio sobre los niveles sonoros.
Tal medición fue tomada por Control Ambiental en la vivienda de una vecina de Tucumán y San Martín y concluyó que "los niveles sonoros que generan los bares del entorno inmediato al domicilio son más elevados que los que provoca la música proveniente del CEC, si bien en todos los casos exceden los niveles permitidos por la legislación vigente".
Según el informe, el ruido atribuible al funcionamiento de los bares es de 60,9 decibeles y el de la música proveniente del centro cultural es de 59,6. Ambos casos son mayores a lo establecido por la ordenanza vigente sobre ruidos molestos, cuyo valor máximo es de 45 decibeles.
"Es como dicen los vecinos, el sonido les llega a sus casas", admitió Ríos, quien fue testigo de la medición en ocasión de un recital del grupo Bersuit Vergarabat.
El funcionario anticipó que no habrá recitales hasta dentro de dos meses. En cuanto a las soluciones para atenuar los ruidos, estudia cambiar el sentido de las entradas al galpón y abrirlas hacia el río y no para el lado de las edificios. Siempre con el argumento de "lo costoso de la inversión a realizar", descartó la posibilidad de aislar acústicamente el galpón.
Ríos explicó que los recitales se organizan a partir de convenios de "cesión de uso" del espacio con empresarios, para contribuir al sostenimiento del resto de las actividades que se realizan. Con esto, "se recibe un porcentaje de la recaudación, y a veces no se gana", aclaró. Sin embargo, el funcionario en ningún momento aportó cifras concretas, ni de lo que se recauda ni del presupuesto que requeriría una insonorización de la sala.
Muy atrás quedó el proyecto municipal de contar con un complejo para grandes eventos musicales (Ciudad de la Música) que se pensaba instalar en lo que será el Parque Italia (27 de Febrero y Belgrano).
Mientras tanto, los propietarios del bajo volvieron a quedar desvelados el fin de semana pasado debido a los ruidos, a pesar de que la Municipalidad había anunciado el sábado una veda musical para los bares del lugar.
"Se escuchaba la música como cualquier otro fin de semana", comentó Marta Naveira, de Tucumán al 1000, algo que le enrostraron a la titular de Registración municipal en la reunión de ayer.
"Nos dijo que habrá más controles, que no habilitará más bares con amenización musical, y que si los dueños de los locales no cumplen los llevará a la Justicia", recreó Naveira sobre las promesas realizadas por Acosta a los vecinos.