| | Una historia secular de litigios territoriales Desde tiempos napoleónicos, Perejil fue objeto de tironeos entre Marruecos, España, Francia e Inglaterra
| El 11 de julio los marroquíes ocupan la isla de Perejil. Apenas comenzó a escucharse ese nombre surgieron dos preguntas: ¿La isla de qué? ¿Dónde queda eso? Rápidamente, para dilucidar la incógnita, los medios de comunicación desplegaron todos sus recursos visuales y gráficos para mostrar dónde está y qué es este misterioso islote. Situado a poco más de 200 metros de la costa africana, bien adentro de las aguas territoriales de Marruecos, a 40 kilómetros de Tánger, 14 de España y 8 de Ceuta, la isla de Perejil tiene una superficie de 13,5 hectáreas, es decir, 135.000 metros cuadrados. Se encuentra deshabitada, aunque es frecuentada regularmente por pescadores y pastores marroquíes de cabras. Sin embargo, falta un dato decisivo: ¿A qué país pertenece? Para algunos, a España; para otros, a Marruecos. Nunca mencionado. La disputa por el islote de Perejil lleva siglos sin resolverse. Todos los tratados, acuerdos, y convenios entre España y Marruecos -o entre éste y otros países-, desde el firmado el 1º de marzo de 1799 hasta el 29 de diciembre de 1916, no mencionan al islote. De esto se deduce que España no ejerció en esos documentos sus derechos de soberanía, porque, aunque no se le mencione, a partir de 1912 la isla formó parte del protectorado español de Marruecos. Por lo tanto, al no ser parte de las denominadas plazas de soberanía, cuando Marruecos obtiene su independencia en 1956 el islote pasaría a formar parte del nuevo Estado independiente. Ayer, el diario El País, de Madrid, revelaba que un mapa oficial del ejército español de 1988, reeditado en 1994, atribuye el islote a Marruecos. Un puesto en 1808. En 1808 el ejército español erigió en el pedregoso islote un puesto militar para vigilar el tráfico marítimo en el estrecho de Gibraltar. También en ese año, cuando se desarrollaba la guerra franco-británica, y siendo todavía España aliada de Napoleón, Inglaterra ocupó la isla temporalmente con el objeto de ejercer presión sobre Ceuta, que fue sometida a bloqueo naval por los ingleses. En 1887 hubo un intento fallido de ocupación de la isla por parte de España, pero se encontró con la oposición de Inglaterra por un lado, y de los marroquíes, por el otro. Entonces España envió una comisión para que hiciera estudios en la isla, pero el sultán de Marruecos protestó por la ausencia de un acuerdo previo. No obstante, la isla no figuró en el acuerdo por el que Madrid y París definieron en 1912 las fronteras del protectorado español en Marruecos. Tampoco aparece en el estatuto de autonomía de Ceuta, de 1994: aunque en el borrador se incluía a Perejil, finalmente no se hizo referencia al islote para evitar susceptibilidades del reino de Marruecos y lograr el mayor consenso. La declaración de independencia marroquí del 7 de abril de 1956 es firmada por ambos países. En el documento, España prometía respetar la unidad territorial y prestar asistencia a su vecino africano. Una guerra olvidada. La silenciada guerra hispano-marroquí de Sidi Ifni (1958/59) supuso el último conflicto ultramarino de Madrid. Pero recién en 1969 la descolonización quedó prácticamente completa con la devolución del enclave de Ifni. Aún quedaba el Sahara español, pero el rey Hassan II aprovechó la agonía de Franco para lanzar la "Marcha verde" y recuperar ese territorio. Sus habitantes originarios, los saharauis, protagonizan desde entonces una desesperada lucha contra Rabat, con la mediación de la ONU. Las nuevas relaciones diplomáticas entre Madrid y Rabat han estado marcadas por las difíciles negociaciones y acuerdos en materia pesquera, por el imparable y dramático flujo de inmigración ilegal desde el país africano y por la eterna reclamación marroquí de Ceuta y Melilla. En 1975 Marruecos plantea al Comité de Descolonización de la ONU la situación de ambos enclaves y de otros territorios costeros vecinos, peñones e islas; en 1987 Hassan II propone la creación de un "comité de reflexión" hispano-marroquí sobre el futuro de los dos enclaves. La culminación fue el Tratado de Amistad, Buena Voluntad y Cooperación rubricado en 1991, plasmado por la evidente cordialidad existente entre el monarca alauí y el español. La muerte de Hassan II en 1999 y la llegada al trono de su hijo, Mohammed VI, terminó con este buen clima. La sintonía se perdió definitivamente a finales del 2001, cuando el gobierno marroquí retiró sin previo aviso a su embajador en Madrid. El litigio pesquero. Como trasfondo de este choque, la UE finalizó recientemente sin éxito las negociaciones para renovar el acuerdo de pesca con Marruecos, fracaso que tiene a España como principal perjudicada. En 1995 Marruecos rompió el acuerdo de pesca con la UE un año antes del plazo acordado y provocó un grave problema social en España, que cuenta con la mayor flota pesquera de Europa. Aunque unos meses después se logró la renovación del acuerdo, Rabat advirtió que sería el último. Informe: Patricia Martino
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