En busca de nieve y tranquilidad

Nora María Mussio

Por distintos motivos un turista puede elegir las sierras de Córdoba. En mi caso fue el deseo de mostrarles a mis hijas, montañas, naturaleza sin contaminar y, fundamentalmente, ver nieve, jugar con ella, hacer muñecos y hasta, si era posible, tirarnos con algún que otro copo. Como ir a Bariloche o Ushuaia significaba transitar una distancia grande, en pesos y tiempo, optamos por llegarnos a Santa Rosa de Calamuchita y no nos arrepentimos.
Tras recorrer Yacanto, a 30 kilómetros de Santa Rosa de Calamuchita, que presenta en sus cerros una variedad de colores y vegetación que la vista se "empacha", llegamos al cerro Champaquí, que está a 2.884 metros de altura, y allí sí vimos nieve y mucha.
También visitamos Embalse Río Tercero, la zona del dique Los Molinos y Villa Rumipal. En fin transitamos por el paisaje invernal conjugado en los distintos tonos ocres, marrones y verdes, pero fundamentalmente redescubrimos que por unos días podíamos vivir sin saber si subió el dólar, si el FMI nos presta plata o si tal o cual precandidato presidencial tiene más o menos chances.

Sauces y moras
En Santa Rosa decidimos dar un paseo tempranero. A pocas cuadras del puente de hierro vimos sauces, moras, espinillos, talas, molles y chalas de algarroba, aún blancas por la helada de la madrugada. Todo un improvisado recorrido botánico lejos de la rutina y con la simple consigna de pasarla bien.
En pocos días, descansamos, la preocupación casi no existió, no hubo incertidumbre o sólo se limitó a saber dónde íbamos a pasear, qué música escuchar o si había leña para poner en la salamandra. Ese hermoso hábitat nos sirvió para recordar que las sencillas cosas ayudan a vivir mejor, sin tantos nervios, y que es posible renovar la esperanza.
También fuimos a Villa General Belgrano, a diez minutos de Santa Rosa. Allí se realiza hasta el 28 del corriente la XVIII Fiesta del Chocolate Alpino. El domingo que estuvimos había unas 2.500 personas recorriendo las calles y asistiendo a la fiesta. De 14.30 a 21 se suceden danzas típicas de Argentina, Alemania, Italia, España, Cuba, México, Croacia, Ucrania, Rusia y Arabia, títeres, mimos y magos para los pequeños y una obra musical protagonizada por 50 artistas. Se pueden degustar tortas y chocolate en todas sus variedades.