Llegar a la posada de este personaje (Ze María) nos sumerge inmediatamente en un cuento de Hemingway, con un aura especial, y toda la generosidad común en la gente de la isla. Su barba canosa, el pelo largo, el vientre redondo, se nota que tiene un master en vivir bien. Su tercera mujer joven, sus hijas rubias y hermosas, la mesa repleta de bebidas espirituosas y jugos de frutas tropicales. Pocos minutos después estamos hablando y riendo, como con grandes amigos que extrañamos por mucho tiempo. El siguiente paso es la mesa cubierta con más de 20 platos de mariscos y pescados recién sacados del mar, de aromas exquisitos. Desde 1988 Ze María vive en este paraíso. Llegó con una mujer, se enamoró de la isla y se desenamoró de esa mujer. El mismo lo explica: "mujeres hay muchas, lugares como este, muy pocos". Quien arriba a la isla no puede dejar de conocer a este personaje, que nos da la definición propia del lugar "lo relativo es absoluto; lo provisorio, definitivo, y lo inusitado, cotidiano".
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