Pablo R. Procopio / La Capital
"No podemos volver a la dictadura militar; ponerle bozal a un perro es un acto fascista". Así de impactante y jugada fue la frase que surgió de un grupo de militantes proteccionistas de animales. Diferentes entidades que inclusive integran la comisión de Ecología del Concejo Municipal organizaron para hoy, a las 11.30, una marcha en la plaza Pringles. Por supuesto, también estarán las mascotas que servirán para mostrar la disconformidad de los referentes de esas instituciones. Mientras tanto, una niña fue atacada por un perro y debió ser intervenida en el Sanatorio de Niños (ver aparte).
La idea de los proteccionistas es repudiar el proyecto del concejal cavallerista Ricardo Marengo que obliga a todos los dueños a conducir a sus perros por las calles y espacios públicos con bozal, correa y collar. La iniciativa establece que el tenedor de la mascota que no cumpla con la norma será penado con multas que oscilan entre los 60 y 900 pesos.
"Por lo menos que consulte a las organizaciones", se quejó la presidenta de la Fundación Albert Schweitzer, Nelly Recla. A su turno, la coordinadora general del Encuentro Proteccionista Diane Fossey, Rosalía Aurascoff, subrayó que "lo importante es educar para lograr una tenencia responsable y no reprimir con ordenanzas de este tipo".
Entre tanto, Recla agregó: "Estamos en contra de estas propuestas". Y dejó en claro que "si los animales son de gran porte podrían portar el bozal, por la responsabilidad de sus propios dueños".
En este sentido, dijo que muchos pichichos pueden ir por la calle sin problemas porque "son domésticos". Y fue más allá: "Hasta los mismos veterinarios están en contra del bozal porque es un elemento bastante agresivo y cambia la psiquis del animal totalmente".
La mujer no confía en que si el proyecto prospera, la gente lo vaya a cumplir. "Yo creería que nadie le va a hacer caso; cuando las disposiciones son tan generales y tan tremendas terminan por no cumplirse. A veces vemos señoras ancianas que van con su perrito al que nunca le pusieron un bozal y tampoco se lo van a poner ahora".
Actualmente no existe ninguna ordenanza en Rosario que establezca cómo un propietario debe pasear a su mascota. Un decreto que había aprobado el Concejo en 1965 obligaba a usar bozal y collar, pero fue derogado en 1992.
"Hay que tener en cuenta, además, que las multas de la propuesta son impresionantes", dijo Recla, antes de advertir que "en esta época no las podría pagar nadie, y son mayores a lo que gana un jubilado". Pero las diatribas contra Marengo no terminan ahí. "Sus declaraciones fueron un fracaso total y ni siquiera supo decir a quién había consultado", añadió la defensora de animales.
Luego recordó que "normalmente los chicos que han sido atacados no recibieron mordeduras de animales callejeros, sino por parte de perros que habitan en domicilios", aludiendo a declaraciones de los directivos del Hospital de Niños Víctor Vilela.
No obstante, la cantidad de pibes atendidos por mordeduras de perros en ese centro asistencial crece a ritmo sostenido, año a año. En el 99 ingresaron a la guardia 380 pacientes lesionados, durante el 2000 se registraron 434, en el 2001 la cantidad llegó a los 444, y sólo el primer semestre de 2002 ya se atendieron 230 casos de este tipo.
Según otro de los representantes de la entidad protectora, Eugenio Assón, se ha generado una campaña "antiperro" a partir de las recientes opiniones de "improvisados fóbicos que piden bajar el pulgar a los animales aprovechando el desgraciado y fortuito caso del dogo «asesino»". La referencia es a Dinamita, el ejemplar de esa raza que mordió a un anciano de 93 años, quien finalmente falleció.
Para Recla, el animal de la calle difícilmente va a atacar "porque sí, a no ser que esté asustado. Es el más manso porque te pide ayuda o asilo". La directora de la entidad ecologista sostuvo que "con este tema de los perros muchos se han aprovechado inventando historias con el objeto de generar disputas entre vecinos. Si la gente te tiene bronca, ahora te va a agarrar por el lado del perro. Sin dudas, este tema se impuso generando temor y ahora parece que un perro fuera una hiena".
| |
La Ciudad
