Santa Isabel. - Con el ingreso del primer lote de cerdos para la faena en la planta del ex frigorífico Formarolo, a las 11, quedará iniciada hoy la actividad de la flamante Cooperativa Trabajo Santa Isabel, después de estar inactiva desde noviembre pasado. La reapertura de esta industria, que es el eje del mercado interno del pueblo, es una bisagra en la lucha que la comunidad encaró para recuperar su principal fuente laboral.
El presidente comunal Juan Enrique Lombardi explicó que en una primera etapa trabajarán los 60 integrantes de la cooperativa, pero las expectativas son mayores. La reanudación se logró después de una ardua batalla que los ex empleados y las autoridades locales dieron en distintos frentes. Una ordenanza comunal y la habilitación del Senasa fueron la clave para conseguir la reactivación del frigorífico, que había logrado trascender por la calidad de sus jamones y cortes crudos.
Desde que en noviembre pasado la firma San Sebastían abandonara la planta los trabajadores resguardaron las instalaciones de eventuales saqueos y vandalismo con el objetivo de lograr que la empresa se las alquilase a fin de volver a poner en marcha la cadena productiva. Además, tomaron contacto con la cooperativa Yaguané, un frigorífico de carne vacuna que en su momento superó con éxito el mismo tipo de dificultades que los isabeleños y que hoy está funcionando a pleno.
"La gente de Yaguané viajó tres veces a Santa Isabel para asesorarnos", comentó Lombardi quien relató que Gerardo Severini encabezó la conformación de la cooperativa de trabajo, que una vez constituída legalmente comenzó a gestionar su habilitación para el proceso de faena. El principal escollo a sortear fue la conformidad del Senasa. Mientras tanto, y por el grave panorama socio económico que atraviesa esa localidad, la comuna dictó una ordenanza dando la posesión de las instalaciones a los ex trabajadores, después de haber comprobado ante la Justicia y la policía que la planta había sido abandonada.
"A partir de noviembre pasado el mercado interno de Santa Isabel acusó de lleno el impacto del cierre del frigorífico", explicó Lombardi.
En buenas manos
Como con el correr del tiempo la situación se agudizaba, la comuna decidió dictar una ordenanza dando posesión de la planta desocupada por San Sebastían a los trabajadores, quienes sin cobrar un peso la cuidaron durante todos estos meses a fin de ir allanando los caminos legales", relató el jefe comunal.
Esa disposición, fue el puntapié inicial para logar la habilitación del Senasa que brindó soporte oficial al pedido de los trabajadores para operar el frigorífico. Además, el letrado de la Cooperativa Trabajo Santa Isabel (Cootrasi) logró embargar las instalaciones por los salarios caídos, por lo que la Justicia hizo depositaria de la misma a los integrantes de la Cootrasi \"Por el momento queremos lograr la confianza de los productores de cerdos de la zona, que ya están quemados por otras empresas que no son locales", señaló Lombardi. Además, recordó que la habilitación del Senasa permite el tránsito federal de lo que la Cootrasi elabore y faene. La cadena productiva que recupera esta localidad incluye además de los productores a los transportistas, viajantes, talleres mecánicos y un servicio de faena para quien lo solicite.
La industria frigorífica de Santa Isabel llegó a descollar en los principales supermercados del país por la calidad de sus jamones y de sus cortes frescos. Ahora se espera recuperar esos mercados porque se cuenta con mano de obra calificada y si las actividades toman buen ritmo se confía en que puedan retornar los buenos viejos tiempos, cuando se faenaban dos mil cerdos por semana y había 140 operarios trabajando.