Les podría pasar mucho más adelante, en el mercado laboral por ejemplo, en un típico caso de abuso patronal. Pero ya lo experimentaron en plena adolescencia, en un club de fútbol amateur. Los llamaron uno a uno, sólos frente a toda la comisión directiva con el propósito de dividirlos, de limpiar a los cabecillas , pero se encontraron con que los lazos solidarios eran más fuertes de lo que imaginaban. Los castigaron con excusas por apoyar a su director técnico, los dejaron libres en plena disputa de campeonato sin posibilidad de insertarse nuevamente y a pesar de que, como nunca, la venían peleando arriba pese a su condición de club chico. Y no se amedrentaron. Los pibes de la 5ª de Oriental tomaron decisión de grandes y siguieron juntos pese a todo. Y se animaron a contar su verdad a Ovacion. Con la excusa de que no entregaron el carné después de un partido, los dirigentes dejaron libres a 14 jugadores de la quinta de los aurinegros de Buenos Aires y Láinez. Semejante determinación en realidad tuvo como objetivo desarmar el plantel que había armado el técnico Juan José Alonso, a quien la comisión suspendió por 20 días por un altercado con un el dirigente Barraza, quien consideraba que el plantel del ex árbitro era "un club dentro del club", a decir del propio Alonso. Como Alonso no aceptó tal suspensión porque "era injusta. No era como él decía sino que estábamos haciendo las cosas bien. Lo que pasa es ellos querían meter su gente para hacer negocios", los directivos, con el vicepresidente Néstor Húngaro Aquino a la cabeza (también DT de la 4ª y la primera, y ahora suspendido por un año por agresión física al juez Claudio Ciccone), usaron el bisturí a fondo y fueron por los dirigidos por el técnico, quienes lo apoyaban totalmente. Y virtualmente los echaron. "Nos dejaron libres así porque sí, sin decirnos a cada uno lo que había pasado. Dijeron que era por el carné que no entregamos pero no fue así. Inclusive fuimos nosotros los que pedimos hablar con el presidente porque no nos daban pelota y cuando fuimos no nos querían atender a todos juntos, sino que nos hicieron pasar de a uno. Toda la comisión directiva contra nosotros", explicó Cristián Villalba, uno de los jugadores de Oriental. "Usaron la excusa de que no entregamos el carné después de un partido pero en realidad ellos tenían el problema con Alonso. Como lo suspendieron pero igual nos fue a ver jugar, no les gustó y nos castigaron. Ya casi no nos dejaban entrenar y nos dejaron sólos", abundó Lucas Suárez. "Lo que hicieron es simple. Como sostenían que había tres cabecillas, querían que se fueran y que el equipo siguiera jugando. Pero se encontraron con la resistencia de los pibes", señaló Alonso. Suárez apuntaló al técnico, agregando que "ellos creían que alguno iba a aflojar porque querían echar a algunos. Pero nos mantuvimos muy unidos". Inclusive, varios escucharon decir al Húngaro a otros dirigentes: "Sálvenme al arquero", en referencia a que no toquen a Javier Calitri, que es uno de los mejores de la categoría. Pero el "uno", por esa misma solidaridad de grupo, también estuvo con Ovacion, junto a Santiago Arce, Luis Chapire, Cristián Alonso y Franco Maggione, para apoyar a los compañeros. "Yo lo enfrenté al vicepresidente porque me parecía muy injusto lo que había pasado y él me amenazó con que me haría pegar con los hijos, que vinieron a buscarme", relató indignado Villalba. "La verdad es que no sabía qué hacer porque somos chicos y te duele que te sobren de esa manera". Oriental venía a 6 puntos del puntero, en una campaña excepcional. Después, sólo recibió goles en contra por doquier por jugar con jugadores más chicos. Mientras, los pibes se mantienen entrenando sólos con Alonso, quien gestiona la incorporación de todo el equipo a otro club, algo que no es fácil y para lo cual la Asociación Rosarina de Fútbol deberá intermediar por una cuestión ética y económica. Es que, como quedaron libres, para sumarse a otra institución deberían abonar 150 pesos, un monto que la mayoría no tiene. Una solución sería que paguen como pase interclubes porque ninguno quiso la libertad de acción y fueron echados. La ARF, donde se suele repetir que conversando se entiende la gente, ahora es la que tiene la palabra.
| |