Año CXXXV
 Nº 49.545
Rosario,
sábado  20 de
julio de 2002
Min 9º
Máx 16º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Punto de vista: El regreso a la dura realidad

José Luis Cavazza / La Capital

Comprábamos discos importados por Internet, a 22 pesos o dólares. Daba lo mismo. El último de Dave Holland, la edición limitada del sombrío "Let it Come Down" de Spiritualized, o el álbum de un desconocido ilustre llamado Joseph Arthur. Podíamos optar y, claro, siempre elegíamos el disco más nuevo e inexplorado y, obviamente, sin edición local. En vez de quedarnos con aquel polvoriento "Full Moon Fever" de Tom Petty esperábamos quince días la llegada desde la mismísima Nueva York de "Figure 8" de Elliott Smith. Ahora sabemos que éste no sonaba tan distinto de aquel. Hoy empezamos a desempolvar las viejas joyas, y abajo del polvo asoma el amarillo del antiguo oro que más de uno confunde con el tono amarillento de las páginas viejas.
Está escrito que la devaluación nos devolvió al país del pasado, es decir al país real y tercermundista que siempre fuimos. Y quienes no nos conformamos con el disco de Diego Torres, Los Nocheros o Bandana y, al mismo tiempo, no podemos seguir de cerca a John Patitucci a 20 dólares el CD o ni siquiera enterarnos en qué anda Tom Waits a 26 pesos la edición brasileña, nos queda la opción de volvernos tipos normales o empezar a redescubrir el pasado por 10 o 15 mangos. Por mi parte, elegí la segunda opción, que implica patear calles y revisar bateas de discos usados. Hay que organizarse y no darse por vencido, como si fuéramos a exterminar cucarachas en nuestra casa. Por el momento, dejé el jazz de lado (rubro más que descuidado en lo que refiere a ediciones del pasado inmediato) y me interné en el rock de los 80. Encontrar joyas olvidadas de los Pixies, Jesus and Mary Chain, Echo & The Bunnymen o Aztec Camera a 10 pesitos no es poca cosa. La búsqueda, nada fácil, tiene un sabor especial. Esta columna, que hoy inauguramos, será un mapa fiel del hallazgo de semejantes tesoros en medio de la mishiadura. Así, nos olvidamos un poco del último disco de Van Morrison, del corralito y del país que nos tocó sufrir.


Diario La Capital todos los derechos reservados