| | La banda editó "Diversión kamikaze", que incluye "Megadeth", su desopilante hit Los Parraleños: "Este no es un momento para tirar mala onda" Su líder, Mariano Takara, dijo que la banda confía en su música y no teme ser un éxito pasajero
| Carolina Taffoni / La Capital
Los Parraleños son el éxito más desconcertante de los últimos años. Ellos dicen que hacen cumbia samurai. Son hijos de japoneses y mezclan el rock con el cuarteto. Saltaron a las radios y la pantalla de MTV con el hit "Megadeth", una parodia del pegadizo "Morrissey" de Leo García. Y llegaron al video y la difusión masiva antes de grabar un disco. El grupo, que con muchos cambios existe desde hace una década, está integrado por Mariano Takara (voz), Fabio y Nico Takara (guitarras), Santiago Yonamine (teclados), Daniel Maja y Roberto Higa (saxos), Daniel Tomashiro (bajo) y Leonel Pullieiro (batería). La banda acaba de editar un EP, "Diversión kamikaze", y a fin de año planea grabar su primer álbum. "Hacemos música fiestera. De alguna manera seguimos la línea de Los Auténticos Decadentes", aseguró en charla con Escenario el líder de la banda, Mariano Takara. -¿Cómo nace el grupo? -Al principio era un rejunte de bandas que venían del palo del rock, el heavy metal, el pop y el hip hop. Como en esa época estaban de moda Ricky Maravilla y Alcides decidimos hacer algo más pachanguero. Tocábamos dos o tres veces por año, en fiestas de la colectividad, éramos una banda en joda. A la cumbia la probamos porque nos parecía divertida. Lo primero que hicimos fue una versión cumbianchera de "La cuenta final", de Europe. -¿Cuáles son sus principales influencias? -Ozzy Osbourne, Megadeth, Ricky Maravilla, Alcides, Deep Purple, Scorpions y Black Sabbath. También nos gustan Los Auténticos Decadentes, Kapanga y Carmina Burana. El mensaje que queremos dar es que no hay que ser racistas con la música. -¿De dónde viene el look del maquillaje? -Lo hicimos para impresionar a nuestro futuro manager. Le dijimos que nos maquillábamos y nos disfrazábamos y era mentira. Entonces, cuando salimos a tocar, lo tuvimos que hacer. Les pedimos los kimonos a nuestras abuelas y el maquillaje a unos amigos que hacían teatro japonés. El impacto visual fue muy grande y la gente que nos seguía lo empezó a pedir. -¿Cómo surgió el hit "Megadeth"? -También fue muy loco. Teníamos que tocar en un bar muy rockero y decidimos probar algo más pesado. Ahí se nos ocurrió hacer una versión cuartetera de "Morrissey", que estaba sonando mucho. Leo García se enteró de que lo estábamos haciendo y nos dio el permiso. -¿Por qué creés que pegó tanto el tema? -La gente necesitaba algo nuevo y desopilante, la gente necesita evadirse aunque sea unos minutos. Me llama la atención que muchos chicos lo escuchen. Pensarán que somos payasos porque estamos maquillados. -¿Tienen miedo de ser un éxito pasajero? -No. Vivir este éxito es bárbaro, pero la premisa es seguir tocando. El día que dejemos de divertirnos en los ensayos el grupo no va a existir más. Es así de simple. -¿Viven de la música? -No. Cada uno tiene su trabajo. Yo llevo chicos a un colegio japonés. Otros son tintoreros, otros trabajan en Direct TV y Toyota. Nos cuesta muchísimo salir de gira. Los ensayos son a las siete de la tarde, cuando terminamos de trabajar. -¿Alguna vez se sintieron discriminados? -Al principio nos decían: "¡Chino, bajate del escenario, dejá de robar!". Igual nosotros creemos que la Argentina no es un país racista, porque acepta todo tipo de nacionalidades. Por la calle me preguntan si soy coreano, chino o japonés, y yo contesto que soy argentino, y tengo que dar toda la explicación. Pero yo no ando por la calle preguntando si son hijos de italianos o españoles. Nosotros al tema de la discriminación lo llevamos bien, aunque reconozco que en la escuela primaria es muy duro. Te dicen chinito y todo eso. Ahí te quedan dos opciones, o los cagás a trompadas todos los días o, como me decía mi viejo, les explicás las cosas con mucha paciencia. -¿Eso cambió con este éxito repentino? -No sé. En la Argentina no se siente tanto la discriminación. Yo fui a vivir a Japón en el 90, pero me sentía como un extranjero, sobre todo por las costumbres. Yo tengo parientes allá, pero no me dieron ni un abrazo ni un beso. Cuando llegué a la Argentina, en cambio, mis parientes me recibieron con besos y choripanes. Es otra onda. -¿Cómo viven la crisis del país? -Nosotros somos todos hijos de tintoreros, y ese negocio viene muy mal. Yo tendría la posibilidad de ir a Japón y conseguir un buen trabajo, pero preferimos aguantarla acá. Entre el pescado crudo y el asado nos quedamos con el asado. -El hit "Shimauta", ¿fue una competencia para ustedes? -No, para nada. Esa canción la conocemos desde hace más de diez años. Era un tema más en la comunidad. Yo creo que la movida de "Shimauta" nos favoreció, que se cantara una canción en japonés y que justo en Mundial se hiciera en Japón. -¿Qué opinás de la cumbia villera? -Me gusta, hay temas que son muy pegadizos. No tiene mucho que ver con lo que hacemos nosotros. A nosotros no nos sale decir que nos cagaron. Creo que hoy somos la mejor vía de escape. Me parece que este no es un momento para tirar mala onda. -¿Cuál es su meta? -Tocar en Obras. Todavía no tenemos el público suficiente como para hacerlo, pero es algo que está ahí latiendo. Es el sueño de todos los rockeros.
| El grupo halló el éxito en la mezcla de rock y cumbia. | | Ampliar Foto | | |
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