Aunque el Ministerio de Economía difundirá recién hoy las cifras definitivas, el canje voluntario de bonos cerró con una escasísima adhesión del orden del 15%, según distintas estimaciones públicas y privadas. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, culpó implícitamente al Poder Judicial del fracaso de su propuesta y descartó tanto una prórroga del Plan Boden como la instrumentación de un bono compulsivo. "La escasa demanda de bonos tiene mucho que ver con los amparos, mientras esté abierta esta vía hay gente que prefiere mantenerse en ella", dijo el jefe del Palacio de Hacienda, quien consideró que la presentación de recursos judiciales para recuperar depósitos "pueden ser una solución desde el punto de vista individual pero es una vía peligrosa para el conjunto de la sociedad". Lavagna dijo que hasta ahora hubo 50 mil amparos "que implicaron una salida no controlada del dinero y eso afectó al resto, que son 11 millones de cuentas". Igualmente cuidó las formas y aclaró: "Yo no le voy a decir a la Suprema Corte lo que debe hacer, no sería respetuoso". Aunque ayer hubo mucha consulta en los bancos, muchos de los cuales dispusieron de horarios especiales para atención al público, las opciones por alguno de los tres bonos ofrecidos por el gobierno no superaron el 15% de la masa de depósitos susceptibles de trueque, unos 50 mil millones de pesos. El gobierno esperaba una adhesión del 30%, aunque el fracaso ya comenzó a percibirse con la licitación del bono corto para las cuentas a las vista, hace más de una semana. En rigor, los resultados del canje global fueron diversos según las entidades. Un caso particular fue el del caído Scotiabank, que registró un nivel de adhesión de casi 100%. Los bancos nacionales que, como el Credicoop, ofrecían algún incentivo adicional a los bonos del gobierno, llegaron a registrar una suscripción de hasta el 38%. En el segmento de entidades españolas, como el Francés, ese nivel habría llegado al 20%, mientras que en el resto de los bancos extranjeros la suscripción no superó el 5%. El Ministerio de Economía comunicó anoche que tomará como válidas las operaciones de canje voluntario que los ahorristas hayan iniciado ayer pero que por motivos administrativos no pudieron completarse. A su vez, aclaró que "no se está considerando ningún tipo de alargamiento de los plazos de recupero de los depósitos de plazo fijo, los que se mantendrán dentro del esquema de bonos voluntarios Boden y Cedros". "Todo alargamiento de plazos, no voluntario, perjudicaría otra vez al ahorrista por ello no es aceptable", señaló el comunicado. Sobre una eventual apertura anticipada del corralito, Economía indicó que "toda medida de ese tipo es deseable" pero reiteró que "sólo será posible si se cierran los amparos". El jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, había afirmado por la mañana que el gobierno estudiaba una mayor flexibilización para el retiro de fondos de las cuentas a la vista. Pero el Palacio de Hacienda ractificó el "compromiso de evitar todo intento hiperinflacionario que podría resultar de emisión no controlada". Tanto el presidente Eduardo Duhalde como el ministro Lavagna manejan una canasta de alternativas para el día después del plan bonos. Hasta ahora, ratificaron que no están dispuestos a transitar el camino del canje compulsivo, algo que es reclamado por los bancos y por el FMI. La llegada, el lunes, de los cuatro notables enviados por el Fondo, derivará seguramente en un nuevo reclamo por la obligatoriedad del canje, a pesar de que la gente del Palacio de Hacienda exhibe una lectura totalmente contraria del fracaso del canje voluntario: si los ahorristas no quieren los títulos optativos, menos querrán los compulsivos. Para el presidente de la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (Abappra), Carlos Heller, "el futuro del sistema financiero argentino dependerá en gran medida de cómo se resuelva el conflicto que persiste entre dos poderes del estado, el Ejecutivo y el Judicial".
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