La Cámara indicó que las causas de la tragedia fueron "el incumplimiento, por parte de la tripulación, de lo que los expertos denominan cabina estéril", es decir del estricto seguimiento de normas dentro del ámbito del comandante". Como consecuencia de ello, el tribunal dijo que "no se configuraron los flaps (dispositivo de las alas) en posición correcta para el despegue. Esto dio lugar a que comenzara a sonar una alarma intermitente que fue desatendida por el piloto (Weigel) y copiloto del avión". Además, afirmó que "ya no había posibilidad de abortar el despegue por haberse sobrepasado la velocidad permitida para ello, el intento de detenerlo agravó aún más la situación de peligro ya existente".
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