Salta (Enviado especial).- Un par de partidos amistosos en el escenario de una pretemporada no suelen decir toda la verdad pero marcan una tendencia. Permiten vertebrar razonamientos con sustentos sólidos aunque todavía no estén confirmados. Por ejemplo en la conformación del equipo que planea César Luis Menotti para encarar el complicado segundo semestre del 2002, a favor del entrenador canalla hay que decir lo que no se puede escribir de ningún político argentino: la tiene bastante clara. Y a doce días del debut contra San Lorenzo en el Gigante ya emergen consideraciones globales, trazos puesto por puesto, línea por línea con nombres propios y sus respectivas evaluaciones.
El dilema del arquero
Para un entrenador que fecunda la premisa de que los equipos se arman de adelante para atrás, el puesto de arquero no es un detalle menor y mucho menos para pasarlo por alto. Por eso en tren de jugarse por un apellido, Castellano se encaminaría como el dueño del arco ante los santos. Pero esta suerte de aseveración de dejar relegado a Tombolini también contradice un procedimiento que ha acompañado las decisiones de Menotti a lo largo de su carrera. En el palmarés del Flaco figuran muy pocos casos de jugadores que han sido titulares durante todo el campeonato y por una lesión o suspensión pierdan el puesto. Por eso sería caer en apresuramientos afirmar que el Rifle ya ganó la pulseada, aunque su actualidad y capacidad para captar el mensaje del DT lo hacen estar mejor posicionado. Sobre todo porque el muchacho de Santa Isabel no atajó ni contra Chicago ni frente a Juventud Antoniana porque se está recuperando de un esguince en el tobillo derecho y su participación en la primera fecha es muy poco probable.
El mapa defensivo
Los cronistas de vestuario ya lo recitan de memoria, sin necesidad de consultar la planilla. Ferrari, Talamonti, Daniel Díaz y... ¿Chau Rivarola? ¿Hola Cárdenas?. En la defensa Menotti prevé un módulo que comulgue con un importante caudal de experiencia y actitud. En su cabeza rondan los nombrados para interpretar esa ambición, pero mantiene sus reservas en cuanto a la respuesta física de Rivarola. Si Pirulo encuentra su nivel en estas semanas que quedan para el partido ante San Lorenzo, es muy posible que se sume al terceto mencionado. De lo contrario, el Flaco ve con muy buenos ojos el aporte de Juan Pablo Cárdenas.
Cualquiera que juegue por las bandas, Menotti entiende que tiene garantizada la cuota ofensiva en pos de sorprender al rival de turno. El Loncho pasa veloz y vacío por la derecha y tanto Pirulo como el Chango encajan en la generación y resuelven por cuenta propia. Un dato que pinta tal afirmación: durante las prácticas que lleva con el plantel, quedó en evidencia que el ex jugador de Unión no necesita perfilarse demasiado para sacar su latigazo envenenado y sin aviso.
Al DT canalla, de todos modos, también le preocupa que aquellos que se pongan la camiseta sepan decodificar las obligaciones defensivas para que sus aportes no desequilibren el sistema que viene cimentado desde la firmeza que evidencian los centrales. Tanto Ferrari, Rivarola y Cárdenas, en ese orden, tienen tendencias a soltarse y todavía no saben ponerle el freno de pies para lograr que sus trepadas no resquebrajen la red de contención.
El medio está en orden
La primera línea de volantes que imagina el Flaco mantendrá a dos pacman y a un ala por izquierda. El Negro Quinteros en el centro, destilando esa inteligencia táctica según la propia definición del DT que le permite relevar con precisión y naturalidad y entregarla cortita y al pie.
Para el entrenador, Daniel Quinteros y el Cata Díaz son los receptores de todas las indicaciones tácticas que rozan al grupo. Completan la grilla Marcelo Quinteros por la derecha, manejando los límites de la suela para proyectarse más allá del austero ropaje de volante de contención. Y seguramente Cristian Pino por izquierda, con más dinámica para el pistoneo de ida y vuelta, aunque todavía no se haya enganchado del todo con el funcionamiento.
Los dos Quinteros pintan para inamovibles. El maquillaje táctico, que muy posible no dependerá de las características del rival, podría sufrir algunas alteraciones por el sector izquierdo, donde se eslabonan los nombres de Emiliano Papa y el recién llegado Pino. A pesar de que en el segundo tiempo ante Nueva Chicago Vitamina Sánchez obró como el reemplazante directo de las subidas de Papa, el Flaco lo contempla ocupando el lugar del Pequi De Bruno. El mismo tratamiento sugiere las chances de Arriola. Con Quinteros bis y Pino funcionando a full, estará garantizada la libertad sin responsabilidades defensivas de De Bruno y para quienes estén en la lista de espera en caso de que los coletazos de su dolencia en el tobillo derecho le quiten posibilidades de arrancar como titular en el debut del Apertura.
"Los quiero para generar, pero también para que pisen mucho el área", deslizó en varias oportunidades el Flaco. Mientras tanto, Arriola y sobre todo Vitamina aprovechan cada práctica al mango. Lucen enchufados, siempre al pie de la letra para asimilar lo que les dice Menotti y en el caso particular de Vitamina le juega a favor su buena aceptación en el plantel como uno de los referentes.
"¿Viste que pueden, vamos Vita, dale Tom, no te pongas a rezongar por cada pelota que perdés. Alguna te la van a quitar", es el incentivo al que apela el Flaco para mantenerlos al pie del cañón.
La dupla de delanteros no es dos por adentro, como bien podría suponerse si de movida juegan como titulares Martín Mandra y Luciano Figueroa, sino que dos por todos lados. Adentro, afuera o arrancando de tres cuartos, pero siempre en diálogo con De Bruno y sin obstaculizar el slalom de los laterales, que tanta incidencia tendrán en la generación de espacios y circuitos de ataque. Para que eso ocurra, la contestación física de esta incipiente sociedad debe ser diez sobre diez.
Amén de la incógnita que inspira lo de Mandra por su poco tiempo de permanencia en el acople del equipo, en un peldaño más abajo se ubica Federico Arias. Pero atenti, el Chelito Delgado viene tocando bocina en el pensamiento de Menotti. "¿Sabés por qué? Va al frente como loco, no arruga contra defensores que lo matan a patadas. Y eso al Flaco le encanta", soplaron al oído.
Para darle un perfil de credibilidad a estas líneas sólo basta pegarle una leída al pensamiento de Menotti. Más allá de su atendible veda de palabras por mantener bajo cuatro llaves a los once que empezarán a desandar el sinuoso camino ante San Lorenzo, este bosquejo no miente. Apenas es un retrato de los ocho días de fútbol que cumplió el plantel en Salta.