En 1605 Miguel de Cervantes publica la primera parte de "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha". Diez años después aparece la segunda parte. El protagonista, Alonso Quijano, enloquece a causa de leer libros de caballería y decide ordenarse caballero andante y ofrecer su ayuda a los menos favorecidos. La obra de Adela Basch es un cruce entre ambas partes en la cual pone el acento en el tono épico de la novela y en los ideales de justicia y firmeza de carácter del personaje central. Acerca de la vigencia del texto Andrés Dal Lago señaló: "En la obra hay un montón de mensajes que hoy es difícil encontrar en la política o en la vida diaria, o personas con los valores que propone el Quijote. Un fragmento clave en ese sentido es cuando le dice a Sancho que es necesario gobernar con justicia, imaginación y honestidad, por encima de los intereses personales. Sin embargo creo que es importante insistir con esos temas porque la reflexión se multiplica y en algún momento las cosas van a cambiar".
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