Es casi una traición. Pero permite sacar conclusiones. Resulta un hecho bastante parecido a la deslealtad, pero sólo intenta reubicar en tiempo y espacio a los enganches. Un puesto reclamado por muchos en la selección argentina. Lo desagradable es opinar sobre cuál hubiera sido la suerte de Argentina en la Copa del Mundo con un jugador de esas características. Sobre todo porque desde el lugar del resultado ya puesto y el fracaso aún fresco es mucho más sencillo encontrar razones. Muchos consideraron que el vértigo de la selección nacional fue producto de la carencia de un futbolista con pausa, con fútbol. Verón parecía, por características, el hombre en cuestión. Pero fue mucho más un distribuidor del juego en bajo nivel que un jugador capacitado para imponer el ritmo del equipo. Se debe consignar que su rendimiento no dio para enganche, ni para volante, ni doble cinco, pero es harina de otro costal. La escasa exposición de equipos con enganche en Corea-Japón bien podría darle la razón a Marcelo Bielsa, pero lo cierto es que cuando el funcionamiento se deteriora la referencia a otra estrategia es inevitable. Por eso, en estos tiempos, toma mucho más cuerpo la postura de quienes suponen que el sistema era suficiente para las eliminatorias, pero escaso para la competencia de élite. Volver a las fuentes, el slogan de moda, debería acercar -de acuerdo a las propuestas- al fútbol argentino más al uruguayo, por ejemplo. Pero volver a las fuentes es una figura tan abstracta como acomodaticia. Se plantea un interrogante similar al que aparece con las disquisiciones sobre las características de un enganche. ¿Qué es volver a las fuentes? ¿Qué significa? En todo caso, bien podría establecerse que si Gallardo hubiera estado entre los titulares, el equipo hubiera modificado su comportamiento. O no. Por las eliminatorias, ante Brasil, el ingreso del Muñeco dio vuelta el resultado, pero lo cierto es que los movimientos de la selección no se modificaron sustancialmente. Otra conclusión. Tener un enganche en el equipo no significa jugar diferente, apenas sugiere la chance de modificar algunos aspectos del juego si es que el equipo puede acomodarse a esas características. Está claro. Si Argentina se fue en la primera ronda es porque no jugó con enganche. La sentencia tiene tanta rigurosidad periodística como que nadie se hubiera acordado de los enganches si la Copa viajaba para este país.
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