Año CXXXV
 Nº 49.539
Rosario,
domingo  14 de
julio de 2002
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Historia
Los dibujos y las estrategias

Del tres, dos, cinco al cuatro, tres, tres. Después al cuatro, cuatro, dos. O tres, cinco, uno; o cuatro, cuatro, uno, uno. O tres, cuatro, uno, dos.
Del mediocampista derecho al carrilero. Del cinco al volante tapón. De la línea de cuatro a un líbero y dos stoppers. O tres en zona.
¿Cuando nació el enganche? ¿Qué es un enganche? No es un diez convencional, tampoco un nueve retrasado, ni un cinco adelantado, ni un puntero que va por el medio.
Supuestamente, como su nombre lo indica, es el enlace entre el mediocampo y los atacantes. El encargado de decodificar la recuperación de los volantes y transformarla en jugada de ataque en la penúltima instancia. Pero muchas veces lo hará por derecha, otras por izquierda, quizás por el medio y cerca del volante central.
Cuesta encontrar ejemplos en la Copa del Mundo. No hubo equipos que jugaran deliberadamente con enganche. Esta apreciación bien podría mostrar una punta de lo que podría profundizarse en el fútbol del futuro. Un juego histéricamente dinámico sin pasos intermedios ni alternativas.
Alguna vez apareció el 11 mentiroso (Galloni por ejemplo) y tiempo antes el ventilador (Emilio Nicolás Comisso en River), pero existen claras diferencias. Mientras estos dos últimos ejemplos se caracterizaron por transitar un solo sector de la cancha -el izquierdo-, el enganche, afirmado como tal después del comienzo de la década del 90 es un futbolista que necesita otra aptitud para la traslación y cierta tendencia a la recuperación; características impropias de Galloni y Comisso por seguir con el mismo ejemplo.
Si el Mundial significa una tendencia, el enganche del futuro perderá algunos de sus atributos, ahorrará obligaciones, pero seguirá siendo el jugador con mayor libertad, al menos visualmente, dentro del campo de juego.


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