Pablo R. Procopio / La Capital
Un viaje mal parido. El escribano constató las anomalías y deficiencias del colectivo que trasladaría a los estudiantes a Bariloche. Al unísono, los padres repetían que sus hijos no iban a viajar en esas condiciones. Se trata de los alumnos de los colegios Pedro Cristiá y Las Heras, que ayer pretendían hacer realidad el sueño de irse de viaje de estudios. Pasaron más de seis infructuosas horas en la Terminal de Omnibus Mariano Moreno y hoy tendrán que volver. La empresa Río Estudiantil se comprometió a conseguir un colectivo acorde al contrato firmado entre las partes. Pero nadie confía después de lo vivido ayer. Supuestamente, la salida será hoy, a las 15, y ya habrán perdido un día. Apenas llegaron ayer a la Terminal, los padres y su hijos comenzaron a advertir una serie de desprolijidades muy alevosas. "No se está respetando el contrato en cuanto al modelo del vehículo, que debe ser del 98 en adelante. Nos dieron uno 94 que además no cuenta con la documentación en regla", dijo uno de los papás, Luis Arnold. Ofuscado, el hombre destacó que el micro pertenece, en realidad, a la desaparecida empresa Ablo, y la tarjeta verde no coincide con el número del seguro "ni con el de la habilitación técnico-mecánica" realizada en la Terminal. Pero las falencias no terminan ahí. El caso motivó la presencia en el lugar del responsable de la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor, Carlos Comi, quien marcó que las cubiertas estaban tajeadas, lisas y recapadas, y que el parabrisas estaba rajado. Sin embargo, e increíblemente, un inspector de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte aprobó la salida del colectivo. Esta situación llenó aún más de ira a los padres y a los propios estudiantes, quienes llegaron a hacer una batucada de protesta en plena playa de ingreso a la estación. "Cuando dio el visto bueno, el inspector salió corriendo porque los padres lo iban a trompear", expresó uno de los chicos. Al rodado tampoco le funciona la calefacción y no tiene capacidad para transportar a todas las personas que debían viajar. La unidad tiene 48 asientos para 49 estudiantes y dos coordinadores, tal cual denunciaron los alumnos. Un grupo de padres decidió convocar a un escribano, quien labró un acta donde especificó los problemas. Luego, fueron a las oficinas de Río Estudiantil (San Luis al 700). Allí, no hubo soluciones hasta que después de algunas horas se hizo presente un responsable local, Juan Pablo Rottini. Ante la presión de todos, el joven liberó un teléfono de Buenos Aires, desde donde debía tomarse la decisión final. Una voz se comprometió a proporcionar un nuevo colectivo y compensar el día perdido. Hoy, a las 11, habrá una reunión en la empresa para evitar otra desazón.
| Los estudiantes postergaron el viaje después del plantón. (Foto: Hugo Ferreyra) | | Ampliar Foto | | |
|
|