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Rosario: sucia y con perros sueltos

En 1875 la Municipalidad impuso a los frentistas la obligación del lavado de sus veredas en calles empedradas. Actualmente la Municipalidad debería ocuparse del lavado de todas las veredas de los frentistas, desde 27 de Febrero al río, ya que ha permitido que los desaprensivos dueños de los canes ensucien el centro y macrocentro y los eternos cómodos saquen las basuras en días y horarios que no se permiten, ya que el cirujeo hace el resto. Es decir, es una ciudad mugrienta. El intendente ha sido incapaz de fijar un impuesto a la tenencia de perros. No quiero pensar que el señor intendente nos toma a todos por idiotas, porque nos quiere impresionar hablando macanas. En el mes de febrero de 1999 le planteaba en carta documento Nº 29.605.572/9 estos temas y le expresaba la necesidad de recaudar fondos para la limpieza de la urbe y la creación de un impuesto a la tenencia de perros (como en las grandes capitales del mundo se hace). O sea el aumento de un peso sobre cada boleta de impuesto emitida. Con ello contrataría a estudiantes que en diversos horarios detectaran a propietarios que no llevan las palitas y elementos de limpieza para los excrementos de su can. También alcanzaría para la compra de baldes y escobas a fin de que los beneficiarios de los planes sociales vigentes se ocupen en la limpieza de las veredas. El señor Binner no entiende que esto se realiza con personal capaz y pensante que me imagino tendrá a su cargo. Y le doy finalmente un consejo: no creo que un político que fracase en la administración de una ciudad pueda administrar una provincia, por más que Lilita lo santifique.
Oscar Bianchi