"La era de hielo" es una película de animación digital para niños pero según su director, Chris Wedge, puede ser muchas cosas más: un filme sobre la primera familia no convencional de la historia, una road movie sin automóvil, una comedia de enredos y también un retrato de una era de la humanidad de la que poco se ha visto en el cine: los años en los que la Tierra fue cubierta por el hielo. Todas esas posibilidades se podrán apreciar o depreciar a partir de hoy en los cines de Rosario.
La película fue producida por los estudios Twentieh Century Fox, a un costo cercano a los 60 millones de dólares. La experiencia de los estudios en animación cuenta con los siguiente títulos: "Anastasia", "Titán AE" y "Monkeybone".
La historia de "La era de hielo" se desarrolla veinte mil años atrás y tiene como protagonistas a tres animales prehistóricos y un bebé, a los que pueden sumarse dos villanos, también del reino animal.
Por un accidente, en la Tierra se desencadena la era del hielo y los animales emprenden un viaje hacia el sur para tratar de salvar sus vidas, que la invasión del hielo ha puesto en peligro.
El accidente en cuestión es provocado por Scrat, una mezcla de rata y ardilla prehistórica que quiere enterrar una bellota y por la pequeña presión que hace sobre el hielo quiebra un glaciar que se le viene encima y arrasa toda la región.
Las razones del viaje
El hielo obliga a los protagonistas al viaje, pero en el fondo cada uno tiene razones personales para hacer el periplo en busca de una tierra mejor. Mientras todos quieren emigrar hacia el sur, el mamut Manfred elige ir hacia el norte. Esa decisión pinta de cuerpo entero a su personaje: escoge la dirección contraria a la que se mueve todo el mundo porque es un solitario, al que no le gusta casi nadie. Aunque de maneras bruscas el mamut tiene, según revelará la película, un buen corazón.
En el revuelo que causa la llegada del hielo, Manfred o Manny conoce al oso Sid. El oso es un holgazán sin remedio y lo único que logra hacer que se movilice es su temor a que alguien lo pueda devorar en la hambruna que todos los animales presiente con la llegada del frío.
Sid se convertirá en el compañero inseparable de Manfred por dos razones: el mamut le cae simpático y le puede dar protección.
"Sid es probablemente la razón por la cual los osos perezosos se ganaron esa reputación", explicó el director sobre el perfil del personaje Chris Wedge. "Es un tipo holgazán que sabe que está a punto de convertirse en la comida de alguien, a menos que se haga de un hermano mayor, un guardaespaldas, así que se agarra de Manny", añadió.
Manny trata de quitarse de encima al repentino amigo, pero finalmente lo ayuda cuando Sid le presenta a un bebé humano que ha perdido a su familia. El oso quiere que lleven al pequeño, llamado Roshan, junto a algunos de sus parientes. A ellos se une el tigre diente de sable Diego, primero con la intención de apoderarse del chico y luego para ayudar y oponerse a los deseos de Soto, el jefe de los tigres, quien quiere darse un banquete con la criatura.
La culpa de la bellota
El grupo que emprende el viaje y forma una familia disfuncional está integrado por el mamut, el oso y el tigre Diego. A ellos se suma cada tanto la ardilla Scrat, quien en principio no iba a formar parte de la huida, pero el éxito que cosechó en las publicidades de la película decidió a los productores a darle mayor participación.
El desastre que provoca Scrat al tratar de enterrar una bellota en un glaciar es la imagen que cautivó en los trailers a niños y adultos. Para el director, "esa secuencia determina el estilo del filme".
"Conforme fue progresando la producción, Scrat se convirtió en un éxito entre las audiencias-gracias a su aparición en el trailer del filme, así como entre los realizadores. Por eso hacemos que aparezca periódicamente, en una situación de vida o muerte o cualquier otra, todo para satisfacer su necesidad de enterrar esa bellota", contó el realizador.
"Sentí que la era de hielo era un lugar divertido en el que se podía llevar a cabo el filme porque es un mundo ajeno a nosotros, en el que podíamos dejar volar nuestra imaginación", recordó el director Wedge, quien resaltó la libertad con que pudieron trabajar la historia gracias a la confianza que depositó en él el estudio.
La única indicación que recibió el realizador fue que en el filme no fuese a aparecer un dinosaurio. "Tomense todas las libertades que quieran, pero por favor no vayan a poner un dinosaurio", contó el realizador y añadió: "Por supuesto que no lo íbamos a hacer, porque además de fantasía queríamos hacer algo basado en la ciencia y entonces era imposible poner un dinosaurio porque se habían extinguido 350 millones de años atrás. Es decir, un poco lejos de la época de nuestra historia".
El filme demandó cuatro años. Si bien su factura es digital, se emplearon en el proceso técnicas más antiguas, como la plastilina y los mismísimos papel y lápiz. La plastilina para crear esculturas de los animales que luego pudiesen ser utilizadas para crear una versión digital en tercera dimensión. En cuanto al papel y al lápiz, se los empleó cuando fallaba la descripción que se quería hacer del movimiento de un personaje.
Pero la gente de la película sostiene que lo verdaderamente importante es la historia, que en más de un sentido puede ser vista como una parodia de la cinematográfica situación de "tres hombres y un biberón", sólo que en este caso los humanos adultos son reemplazados por tres animales prehistóricos.