Año CXXXV
 Nº 49.535
Rosario,
miércoles  10 de
julio de 2002
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Pignanelli dijo que en el exterior hay apoyo a las elecciones anticipadas
Tensión entre el gobierno y el BID por un vencimiento de 535 millones
El jefe del Central dijo que se iba a postergar por unos meses, pero el organismo salió a desmentirlo

La prórroga de un vencimiento por 535 millones de dólares tensa la relación entre la Argentina y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el único organismo internacional de crédito que hasta el momento venía apoyando explícitamente una ayuda de la comunidad internacional al gobierno argentino.
Fuentes de la entidad que conduce el uruguayo Enrique Iglesias desmintieron ayer las afirmaciones del titular del Banco Central, Aldo Pignanelli, respecto de que el BID postergaría "por unos meses" el vencimiento.
"La política del banco no ha cambiado, los estatutos no permiten una demora, y eso va para todos los países", dijo un ejecutivo del banco.
Horas antes, Pignanelli, quien busca posicionarse como el principal interlocutor frente a los organismos internacionales, había afirmado desde Suiza, donde participar de una reunión de presidentes de bancos centrales, que el BID habría aceptado reestructurar el pago "un par de meses hasta que se concrete el acuerdo final con el Fondo Monetario Internacional".
"Me confirmaron que los estatutos del BID admiten un aplazamiento por un plazo máximo de 180 días, con lo cual se abriría un compás de espera hasta que se cierre el acuerdo con el FMI", afirmó Pignanelli al destacar que se trata de una decisión "poco común" por parte del organismo multilateral de crédito.
La prórroga del organismo interamericano se sumaría a la que ya decidió el Fondo, provocando un alivio en las cuentas argentinas, ya que el gobierno no debería echar mano de las reservas. Sin embargo, directivos del BID salieron prestos a ahogar el optimismo de Pignanelli.
Señalaron que Argentina tiene 30 días para pagar, luego de la fecha del vencimiento, a mediados de julio. Si no realiza el pago en ese período, entonces el banco declarará que el país incurrió en un retraso y dejaría de realizar desembolsos sobre los préstamos existentes.
Después de un período de 180 días, el país sería declarado en una situación de no cumplimiento y las relaciones entre el banco y el país serían paralizadas.
El organismo dejó así fuera de juego a Pignanelli, quien desde que reemplazó a Mario Blejer en la presidencia del Banco Central comenzó a disputarle al ministro de Economía, Roberto Lavagna, el lugar de hombre fuerte de la economía argentina, sobre todo en la relación con las entidades de crédito internacionales.
Desde Basilea, donde participa de la reunión de banqueros centrales, Pignanelli había señalado además que había mucha preocupación internacional sobre la posibilidad de que Argentina logre cumplir con el cronograma de vencimientos.
También se metió en política. Dijo que "en las charlas informales surge el tema político y ven con bastante simpatía que podamos tener un horizonte en cuanto al esquema democrático, pero a la vez se preguntan si las nuevas autoridades van a respetar los convenios".

Expectativas
"Nos preguntan todo el tiempo si el nuevo presidente honrará el acuerdo que se alcance con el FMI, y mi respuesta es que en noviembre ya sabremos quiénes son los candidatos y habrá mayor certidumbre", sostuvo al recordar que el cronograma electoral fijado por el gobierno prevé el llamado a internas abiertas para el 24 de noviembre próximo.
Pignanelli se reunió con varios presidentes de bancos europeos, entre ellos los de Italia y España, quienes les trasladaron sus inquietudes sobre el futuro político y económico de Argentina. Al referirse a la marcha de las reuniones en Basilea, Pignanelli destacó que "todos los países de cualquier bando ideológico están encolumnados en una política monetaria con equilibrio fiscal, flotación del tipo de cambio y la independencia del Banco Central".
"La Carta Orgánica del Banco Central de Argentina en sus primeros cinco artículos no sólo marca la independencia (del organismo), sino que me obliga como presidente a no recibir órdenes del Poder Ejecutivo, porque si lo hago me pueden hacer un juicio político", recordó.
Pignanelli desmintió haber solicitado al director gerente del FMI, Horst Köhler, un desembolso de dinero fresco.



Aldo Pignanelli participó de una reunión en Suiza.
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