A pesar de que se especulaba con que los jugadores de Central iban a moverse muy liviano el domingo ni bien llegaban, el profesor Signorini prefirió cambiar de planes y dejar que los muchachos recorrieran un poco la ciudad o se quedaran a descansar para encarar el lunes con todas las pilas. Mientras algunos eligieron la segunda opción, la mayoría se prendió en desafíos al ping-pong en el entrepiso del hotel.
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