La nueva droga ya ha levantado polémica. Una organización no gubernamental: Act Up, se encargó ayer de llevar la controversia del T-20 al Palacio de Congresos de Barcelona, al ocupar el stand de la multinacional Roche. Una decena de activistas, armados con un megáfono y exigiendo: "Tratamiento para todos", ocupó el stand ante la mirada atónita de los representantes de la empresa. Con carteles negros con la leyenda "T-20 Roche asesinos", los militantes ocuparon el lugar durante varias horas. "Muchas moléculas que fabrica Roche no son accesibles, son demasiado caras para los países pobres", dijo una de las representantes del grupo: Queremos reivindicar el derecho de todos a acceder a tratamientos". Otro activista explicó que Roche se ha negado, durante los años que lleva estudiando el T-20, a distribuirlo más allá de las 400 personas con las que se probaba el medicamento nuevo. "Podían haber salvado muchas vidas si lo hubieran distribuido masivamente", dijo, dado que sólo se suministraba a personas que no tenían ya salvación con los tratamientos actuales.
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