Angel Girardi (*)
Si alguna vez fuimos los principales jugadores en el mercado mundial de carnes, exportando el 48% de la producción nacional entre 1914 -28, antes del cierre del mercado no aftósico. Es inaudito que vivamos del recuerdo, de ahí la necesidad imperiosa de revertir esto, pese a las trabas y regulaciones internacionales.
Actualmente estamos exportando entre el 10 y 12% de la producción nacional. Como vemos, mucho es lo que tenemos que crecer y mejorar.
Por ello nos parece oportuno ver qué rol juega nuestro país en el contexto mundial del comercio de carne vacuna que en la actualidad ascienden las exportaciones a 6 millones de toneladas.
Seguramente el tonelaje este año irá aumentando sustancialmente en las exportaciones argentinas, pero difícilmente alcancemos en lo inmediato a competidores como Canadá, Nueva Zelanda, por citar a algunos. De ahí la necesidad de organizarnos.
Consideramos que un buen ámbito para ello es el Instituto de Promoción de Carne Vacuna, donde deben participar y estar cabalmente representados todos los eslabones de la cadena ganadera.
Volviendo a nuestras debilidades, este Instituto deberá servir para desterrar el engaño, la omisión, la mentira. Para los que les quede alguna duda, nos referimos al trágico y desafortunado manejo que se le dio a la aftosa en el país.
En pleno siglo XXI es incomprensible seguir traficando con indocumentados, por ello la trazabilidad. Deberá servir para darle valor agregado a nuestro producto, posibilitará el desarrollo de marcas, y un adecuado control sanitario. Debemos entenderla como un elemento activador de nuestras posibilidades, y no como un salvavidas para un conjunto de vivos.
Volviendo al plano sanitario, Argentina debe tener un plan sanitario eficiente, confiable y creíble que vaya adelante y no atrás de los problemas. Con un status sanitario premium se abrirán los mercados.
Si hablamos de calidad, esta hay que premiarla y castigarla cuando falta, por ello el Instituto de Promoción debe armar en forma rápida, clara y transparente un mecanismo de clasificación y tipificación de reses donde se premie y paguen estas bondades, rebajen cuando esto no ocurra.
Debemos sugerir el aumento del peso de la faena, sino estaremos hipotecando nuestro potencial exportador.
Australia primer exportador mundial de carne bovina, tiene una producción anual de 2.070.000 de toneladas peso en res con una existencia ganadera mucho menor que la Argentina. El país de los canguros, pero primer exportador de carne vacuna, tiene una existencia de 38.000.000 de cabezas.
Estados Unidos con una existencia aproximada de 98.000.000 de cabezas tiene una producción de 11.762.000 ttn peso en res.
Volviendo a nuestro país con una existencia de 51.000.000 de cabezas y con una producción de carne peso en res de 2.750.000 ttn. anuales, vemos como tenemos nuestra fábrica a medio funcionar.
Se comprende lo vital que es para Argentina tener una situación confiable y permanente en materia sanitaria para acceder a ellos, puesto como todos saben tenemos vedados USA, Japón, Méjico, Corea, Canadá, por citar algunos, esperamos pronto volver a Chile.
La carne bovina argentina es un producto premium.Esto no es por capricho ni por ninguna utopía, simplemente no hay lugar en el planeta para producir con las condiciones ecológicas de nuestro país.
Consideramos que debemos promocionar y posicionar esta gran fortaleza que quiere el mundo y tienen pocos: "sano - sabroso - natural".
(*) Presidente de Aprocaboa
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La Ciudad
