Rodolfo Bella / la Capital
"No me obsesiona el protagonismo. A mí me alcanza con un buen trabajo", aseguró Germán Kraus, uno de los actores de "Dibu 3", la película infantil que se estrena en Rosario el jueves próximo. Se trata de la tercera parte del filme protagonizado por el exitoso dibujo animado nacido como parte de la tira televisiva "Mi familia es un dibujo". El actor aseguró que su intención no es competir con un dibujo animado, dijo que la televisión necesita más audacia y compromiso y se definió a favor de optimizar los contenidos y el trabajo de los equipos creativos para mejorar los productos de la pantalla chica. -¿Cómo encaraste tu personaje en la tercera parte de "Dibu"? -A nivel actoral y de dirección se manejó el tema de una familia a la cual le nace un hijo diferente, como le sucede a tantos matrimonios, con grandes capacidades para algunas cosas y no para otras. Creo que el tratamiento que se le dio tiene mucho que ver con el éxito. En el segundo capítulo Dibu perdía el color y comenzaba a desaparecer y había que hacerle una transfusión de tinta. -Una prueba de verosimilitud... -Sí, yo pensé que ese era el momento crucial del programa, porque si la gente compraba esa convención el programa sería un éxito. Le pusimos mucha realidad dentro de la locura que era filmarlo, porque muchas veces sólo hablábamos con una silla donde supuestamente estaba Dibu. En esta etapa de la historia, y en la película, hay muchos más dibujos y tecnología que en las anteriores. -¿Qué siente un actor al trabajar en una película protagonizada por dibujos? -(Risas) En mi caso, el protagonismo nunca fue algo me volviera demasiado loco. Quizás lo que más me satisface es un trabajo bien hecho. No voy a competir con un dibujo, no pasan por ahí mis intereses. Y si compitiera no podría ser maestro porque mi gran satisfacción es ver los resultados y el crecimiento de mis alumnos. -¿Cómo se inserta tu escuela de actores para televisión en una ciudad como Rosario que no produce ficción? -Se entiende que a lo que apuntamos es a la formación de actores. En Buenos Aires tampoco se produce mucha ficción... La idea es capacitar a los actores para trabajar en cualquier medio, no sólo en Rosario, sino para incursionar en Buenos Aires. -¿Si en Buenos Aires tampoco se produce ficción, dónde van a trabajar tus alumnos? -(Risas) Es lo mismo que preguntarse por qué tener un hijo... El maestro de actuación, en todo sentido, tiene clara la propuesta de crear, pero nuestro trabajo es recrear realidades. Esto también sirve mucho para la vida. Quiero decir que además de tratar de formar buenos profesionales, estoy tratando de formar mejores personas. -¿Un actor de teatro tiene que aprender todo de nuevo? -No diría todo de nuevo. Debería respetar el género, porque no es teatro televisado. En algunas ocasiones el actor de teatro tiene un gran desprecio por la televisión y eso se ve. -¿Cómo se manifiesta ese desprecio? -En general, por lo que uno conoce del medio. De todas maneras no tiene justificativos porque también hay un teatro que no se puede ver. No hay que confundir lo que significa esta forma de expresión, esta forma artística con los contenidos. Podemos estar de acuerdo en que los contenidos de la televisión son desastrosos y de muy baja calidad, y cada vez apuntamos peor. De pronto un actor de teatro maneja otro tipo de material, pero no hace al tipo de manifestación artística. Se puede hacer muy buena televisión o algo desastroso, igual que en el teatro o el cine. -¿Qué modificó la inclusión de los equipos de autores? -Es bastante controversial. Si de sumase y se combinaran los esfuerzo me parece que es bueno, pero cuando lo único que se pretende es poder cumplir para entregar el libro a tiempo, se da ese tipo de desconexiones con las cuales no estoy de acuerdo. Los llaman los coreanos, que son los que escriben para el autor que da el lineamiento de la historia, desarrollada por los coreanos. No estoy de acuerdo con eso. Perdimos autores y tenemos más guionistas. El autor es un artista y el guionista es un técnico. -¿Esto influye en la falta de calidad de la televisión que mencionaste? -No hay una sola razón. La televisión siempre fue un negocio, pero siempre, aunque siendo una empresa, la gente que manejaba los canales, de alguna manera, eran vocacionales porque les gustaba lo que hacían. Se invertía en la calidad y luego se veía si esa calidad era redituable. Esto se revirtió. En vez de comenzar por un buen producto y después ver cual será el rédito, primero se trabaja sobre las posibilidades de venta del programa. -¿Se puede pretender hablar de producir con mayor calidad cuando los gastos tienen a comprimirse? -Si se piensa hacer un policial, diría que no. Por eso es mucho más importante tener buenos textos, con menos producción, pero con más contenido. Creo que se puede. Creo que no es tanta la tecnología que necesitamos sino jugarnos a tener un buen producto. Hace falta más audacia, más compromiso y preguntarnos por qué estamos en esto.
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