Marcela Isaías / La Capital
La incorporación de los varones a este colegio -desde hace 7 años- trajo un cambio que favoreció la enseñanza. Así lo entienden los docentes y directivos que aseguran que "los chicos aprenden sobre todo a compartir, a respetarse, a conocerse y a convivir según sus intereses". La escuela comenzó sus festejos por el 85º aniversario con una misa celebrada el 10 de mayo pasado, cuando se recordó el Día de la Virgen de la Misericordia, y piensa hacerse extensiva a lo largo del año con otras actividades destinadas a la comunidad educativa. Las Hermanas de la congregación de la Misericordia que fundaron el colegio ubicado en Oroño 960, llegaron desde San Nicolás y antes de dar inicios a lo propiamente educativo empezaron por hacerse cargo de los asilos maternales de Rosario. Igual, la idea era fundar el primer colegio nacional católico en la ciudad, algo que a fines de 1916 concretaron. La fundadora y primera superiora fue Sor María Clelia Riva, una hermana de la congregación formada al lado de María Josefa Roselló, la fundadora de la congregación religiosa. Los inicios de la enseñanza se destinaron a los primeros y segundos años normal y seis grados del departamento de aplicación con un internado de 58 pupilas. Más tarde, el colegio es incorporado a la Escuela Normal Nº 1 Nicolás Avellaneda, siendo el primer colegio incorporado de gestión privada. Hoy la institución atiende a casi 400 alumnos que van desde el nivel inicial (desde los dos años) hasta el 6º año de la EGB y casi 500 estudiantes entre el tercer ciclo y el nivel polimodal (con las modalidades de humanidades y ciencias sociales, ciencias naturales y administración y gestión de las organizaciones). En la actualidad María Teresa Kehoe o hermana Patricia es quien ocupa el cargo de superiora de la institución, en tanto que Evangelina Stoffel o hermana Inmaculada es la representante legal. Cualquiera que recorre los pasillos, aulas y patios de la escuela de Oroño y San Luis no deja de percibir una buena convivencia entre alumnos y maestros. Algo que según cuenta la vicedirectora de la institución, María Alejandra Splendiani, se cuida mucho. "No hay problemas de violencia o agresiones", agrega, y asegura que el secreto para que esto sea posible "es que escuchamos mucho al chico". La escuela cuenta con gabinetes psicológico, psicopedagógico y de fonoaudiología, que también ayudan a detectar las dificultades que pueden interferir en el aprendizaje. Pero, además, según comentan las directoras, colaboran en esta integración escolar los talleres opcionales, que abarcan desde actividades expresivas como el teatro y la música hasta las deportivas como fútbol o vóley, entre otras. Según señala María Gabriela Ricchetti -directora del nivel inicial- "estos talleres son muy valorados por la familia, porque la escuela brinda más seguridad que un club, por ejemplo, para los más chicos". Del mismo modo, resaltan la posibilidad que ofrece, en esta tarea de integrar y convivir, la casa de esparcimiento con que cuentan en Roldán, donde se organizan paseos, retiros espirituales y campamentos. La escuela articula su enseñanza -tal como indican las directivas- por medio de proyectos solidarios; palpables en los colegios creados a partir de esta institución: San Juan Bautista y Sor María Josefa Rosselló, y en los proyectos de aprendizaje para todos los niveles que se proponen "educar un corazón solidario". Las actividades de las que hablan las educadoras no pasan inadvertidas para los papás. En una carta que le hicieron llegar a la escuela, expresan, entre otras palabras: "Educación, amor y contención no es poco en los momentos en que nos toca vivir".
| |