El futuro de la economía estará bajo el control de un grupo de notables que discutirá el plan monetario argentino y estudiará las soluciones para la recomposición del sistema financiero, pero no definirá un plan económico, aseguraron ayer fuentes gubernamentales. La tutoría de este equipo de expertos mediará entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el marco de la dilatada negociación entre el país y el organismo para habilitar la asistencia financiera, un trámite que lleva más de siete meses y dejó en su camino al gobierno del ex presidente Fernando de la Rúa y al primer ministro de Economía de Eduardo Duhalde, Jorge Remes Lenicov.
Aunque la metodología presenta algunos visos de intervención, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, salió ayer a aplacar los ánimos de lo que podría interpretarse como una inmiscusión en la soberanía económica argentina.
Atanasof aseguró que la comisión de notables sólo "discutirá la política monetaria" pero "no tendrá a su cargo delinear ningún tipo de plan" para el país.
La presencia de este tribunal debería facilitar un camino de entendimiento entre las autoridades argentinas y las del FMI. Abonando el terreno, el poderoso secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, se mostró ayer confiado en esta salida y aseguró que la Argentina y el Fondo están logrando un buen progreso en sus nuevas conversaciones sobre un paquete de créditos.
"Pienso que están progresando en sus discusiones. Estamos ansiosos de que logren progresos y de que recuperen una base firme para avanzar hacia un crecimiento económico en Argentina", dijo O'Neill, quien la semana pasada actuó como conciliador entre la dura posición del Fondo para con la Argentina y habilitó una salida para el diálogo.
También el gobierno alemán expresó ayer su "apoyo" a la Argentina y manifestó que "entiende que se generarán las condiciones que permitan dar paso a la ayuda del FMI", a través de un comunicado de prensa con las declaraciones de su canciller federal Gerhard Schröeder.
La continuidad de las negociaciones con el FMI fue el tema que ayer puso sobre la mesa el ministro de Economía, Roberto Lavagna, durante una reunión que mantuvo con el presidente Duhalde, para informar los resultados de su viaje a Washington.
Aunque Lavagna consiguió postergar un vencimiento de 1.000 millones de dólares que la Argentina debía cancelar a mediados de este mes, no pudo cerrar un acuerdo para comenzar a negociar con el organismo la asistencia financiera. Las disidencias en materia monetaria y financiera quedarán a partir de ahora bajo la lupa de la comisión de notables economistas.
"La labor que realizará la comisión de notables estará relacionada con la tarea de discutir el plan monetario y estudiar soluciones al sistema financiero", dijo ayer Atanasof.
Una fuente diplomática aseguró que el gobierno piensa que el grupo de expertos economistas que intervendrán en la definición del rumbo económico argentino podría incluir personalidades como el ex titular de la Reserva Federal, Paul Volcker; el ex director gerente del FMI, Michel Camdessus; y el ex presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors y el ex directivo del Bundsbank, Karl Otto Phöl. Lavagna admitió que "es la primera vez que el FMI recurre a asesores externos. No hay antecedentes de esto".
Fuentes oficiales reconocieron que la creación de la comisión significa "un gran logro" para el gobierno argentino, ya que "demuestra que hasta para el propio FMI es difícil encontrar soluciones para Argentina" y con esto se pueden encontrar otros puntos de vista a los del Fondo.
La figura del virrey
Aunque el gobierno minimizó las atribuciones del grupo de notables, esta tutoría externa rememora la figura del virrey que planteó hace algunos meses el economista norteamericano Rudiger Dornbusch.
El economista del Massachusetts Institute of Technology (MIT), propuso en marzo pasado que las políticas monetarias, fiscales y administrativas de Argentina sean determinadas por extranjeros. En esa oportunidad, Duhalde criticó la iniciativa calificándola como "excéntrica" y hoy está a punto de hacerse realidad.
Sin embargo, desde el gobierno buscan minimizar el impacto de este grupo sobre la independencia en las decisiones económicas de la Argentina. Así, Atanasof sostuvo que la tarea de elaborar un programa corresponde sólo "a la Argentina" y precisó que el país "ya tiene un plan que son los 14 puntos", acordados meses atrás por el gobierno y los mandatarios provinciales y cuya base es lograr la "reinserción de la Argentina en el mundo".
No más goteo
El ministro Lavagna retornó al país con un reclamo especial del FMI bajo el brazo para el presidente Duhalde: el cierre definitivo de la salida de fondos del corralito financiero, algo que podría lograrse a través de un fallo de la Corte Suprema de Justicia.
"Mientras Lavagna estaba en Washington, en Economía consideraban posible que la Corte Suprema emitiera un despacho avalando el plan de canje de los bonos", recordó un funcionario.
Sin embargo esta decisión del máximo tribunal no se tomaría hasta la semana próxima, según las estimaciones oficiales, momento en que el Parlamento trate el pedido de juicio político a los integrantes de la Corte.
Se espera que una vez que quede sin efecto este procedimiento (se requiere la aprobación de los dos tercios de la Cámara de Diputados, un número que no se alcanzaría ante la negativa de parte del justicialismo y otros partidos en apoyar esta decisión) los integrantes de la Corte darían la esperada respuesta.
Sobre este punto, el gobierno desmintió un supuesto acuerdo entre el gobierno y la Corte Suprema para frenar los amparos que provocan el goteo de fondos del corralito financiero a cambio de que fracase en el Parlamento el juicio político.
Lavagna también delineó los escenarios posibles que se pueden ir dando a partir y en el marco de un arreglo con el Fondo, entre los que marcó la renegociación de las tarifas de los servicios públicos, la llegada de nuevos créditos para prefinanciar exportaciones, y la reestructuración de la deuda pública con acreedores privados con una quita de alrededor del 50%.
La renegociación de las tarifas tiene un fuerte impacto en la inflación ya que hasta el momento se mantienen congeladas y evitan que el índice de precios exhiba incrementos mayores.
La negociación con el FMI tiene pendientes, además, la política fiscal, es decir, los acuerdos definitivos con varias provincias para la reducción del déficit, la discusión sobre la política cambiaria y la reestructuración del sistema financiero.