Silvia Carafa / La Capital
Villa Gobernador Gálvez. - La directora del Instituto Nacional de Enfermedades Virales Julio Maiztegui de Pergamino, Delia Enría, afirmó que hubo un ligero incremento en la mortalidad de los casos de fiebre hemorrágica argentina. La profesional alertó sobre la necesidad de activar la consulta precoz y la profilaxis de la enfermedad, para la que existe un tratamiento específico y eficaz cuando se administra en forma temprana. El descenso en la incidencia distendió últimamente la prevención, por lo que habrá mayor énfasis en ese aspecto.
Enría calificó de positivo el encuentro del que participaron los ministros de Salud de las provincias de Santa Fe y Córdoba, Carlos Parola y Roberto Chuit, respectivamente, y Gustavo Ríos, interventor de la Administración Nacional de Laboratorios, que es un organismo descentralizado de Salud de la Nación.
"De la Nación llegó el compromiso de apoyar el programa. Falta consolidar la etapa de validación de la vacuna", dijo Ríos, y aseguró que está disponible el presupuesto necesario para avanzar sin inconvenientes, con las limitaciones que en este momento tienen las arcas nacionales. De la reunión también participaron representantes sanitarios de las cuatro provincias endémicas, Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba y La Pampa. "Si logramos juntarnos todos, podemos poner el hombro y apoyar la lucha contra la enfermedad", sugirió el intendente de Villa Gobernador Gálvez, Pedro González.
Para Enría, la solución a la fiebre hemorrágica llegará cuando la vacuna pueda producirse en el país, tarea en la que se está avanzando y que está a punto de entrar en su último tramo. "Se está en la última etapa que requiere financiamiento; la inversión más grande es para el equipamiento y los insumos", explicó sin dejar de pasar por alto lo difícil que eso resulta en los actuales momentos.
Desde que comenzó el programa contra la fiebre hemorrágica, 24 años atrás, se hacen reuniones anuales. La concretada en Villa Gobernador Gálvez es la número 18. "En estos momentos en que parece que nos va mal en todo a los argentinos, creo que debemos tomar la lucha contra esta enfermedad como un hito que concretaron un grupo de trabajadores anónimos, sólo es cuestión de organización", dijo el ministro de Salud cordobés.
Por su parte, Parola ratificó el compromiso oficial para seguir apoyando el programa pese a la actual coyuntura económica. Desde el año 1995 en Sante Fe hubo más de 800 casos notificados. Las estadísticas revelaron que la tasa de mortalidad para pacientes no tratados está entre un 15 y un 30 %, con el tratamiento necesario, disminuye a un uno por ciento.
"Nada de lo que hagamos en el ámbito provincial logrará alcanzar los resultados pretendidos si a esta tarea no sumamos a los municipios y organizaciones no gubernamentales que desde el inicio están comprometidos", abogó Parola.
Además, dijo que más allá de los aspectos técnicos, hubo una decisión política en la gestión anterior del Ministerio de Salud nacional, que inhibió el uso de la vacuna. "Estamos insistiendo para que nos entreguen las 20 mil dosis que están en el Instituto Maiztegui para seguir vacunando a la gente", apuntó el ministro.
La vacuna contra la fiebre hemorrágica es huérfana, la aplicación está restringida a un área geográfica y a una determinada población. Apenas se concreten los llamados "estudios puentes", el Instituto Maiztegui estrenará su condición de productor de la Candid I. Desde ese momento ya se estará en condiciones de bregar por la licencia, esto es la luz verde para vacunar con las dosis nacionales.
La autoría del proyecto y desarrollo de la vacuna fue compartida, en la década del 80, por el gobierno argentino, el Instituto Maiztegui, la Oficina Sanitaria Panamericana, el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas y el Instituto de Infecciones del Ejército de los EEUU. La vacuna tiene una eficacia de un 95%.
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