El comisario inspector Alfredo Franchiotti, el oficial principal jesús Quevedo y el cabo primero Alejandro Acosta se negaron a declarar ante el fiscal que los investiga por su presunta participación en el asesinato de los piqueteros Darío Santillán (21 años) y Maximiliano Kosteki (25). Los tres fueron imputados de homicidio simple, delito penado con un máximo de 25 años de cárcel. Además, ayer fue detenido un cuarto efectivo, el cabo Lorenzo Colman, integrante del Comando de Patrullas de Avellaneda, por supuesto encubrimiento, quien hoy sería indagado.
El fiscal también recibió en su despacho a cinco testigos directos que aportaron datos sobre los homicidios de los jóvenes integrantes de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, quienes fallecieron como consecuencia de sendos disparos de escopetas Itakas, las que fueron fotografiadas y filmadas en manos de efectivos de la Bonaerense.
La tragedia de Avellaneda derivó en el descabezamiento de la cúpula de la Bonaerense, dispuesta por el gobernador Felipe Solá, y la renuncia de su ministro de Justicia y Seguridad, Luis Genoud (ver aparte). Además, el gobierno nacional descargó toda la responsabilidades de los sucedido en la policía de la provincia (ver página 6).
Detrás de las mentiras
El detenido Franchiotti (titular del Comando de Patrullas de Avellaneda y jefe del operativo policial montado el miércoles en el puente Pueyrredón) había declarado horas después de los incidentes que la fuerza que comandaba jamás ingresó a la estación ferroviaria de Avellaneda y sólo utilizó balas de goma durante durante la represión en la que hubo cerca de 90 heridos, al menos ocho de ellos por proyectiles metálicos, y más de 170 detenidos.
Sin embargo, poco después Solá dispuso su pase a disponibilidad preventiva, luego de ver fotografías que le proporcionó la Secretaría de Seguridad y la prensa que mostraban que Santillán estaba con vida dentro de la estación de Avellaneda, donde cuidaba a Kosteki (ya herido), cuando irrumpió en el lugar la policía, entre ellos Franchiotti portando una Itaka.
Tres de los testigos que declararon ayer habían estado en el interior de la estación en momentos de la tragedia, dos de ellos son el fotógrafo Sergio Kowalewski y Alejandro García Carabajal.
Kowalewski, quien colabora con las Madres de Plaza de Mayo, aportó un registro fotográfico de las secuencias desde el momento en que Santillán estaba vivo hasta que murió, y dijo que cuando la policía entró al lugar la actitud de la gente era "pasiva".
"No sé quién disparó, pero dos seguro", le dijo luego a la prensa, y recordó a un policía de "gorra muy pegadita al caño, apuntando en posición de disparo y la espalda del chico (por Santillán), no sé si cayendo o levantándose".
Por su parte, Carabajal (un desocupado de Villa Domínico que no pertenece al movimiento Aníbal Verón) aseguró haber visto a Santillán con vida y en la línea de fuego de los policías.
El tercer testigo de la estación fue el que más comprometió a Franchiotti, ya que "por la deducción de su relato, lo habría visto disparar en dirección de Darío (Santillán), que está escapando", aseguró el abogado Claudio Pandolfi, patrocinante de los piqueteros.
Otros de los dos testigos (un hombre y una mujer) aportaron detalles sobre los incidentes ocurridos sobre la avenida Pavón a metros de la bajada del puente, donde fue herido Kosteki, quien fue asistido por el primero de ellos. Según Pandolfi, ambos dijeron haber visto disparar a efectivos de la Prefectura Naval junto con los de la Bonaerense, aparentemente hacia dónde se encontraba Kosteki, a quien después vieron trastabillar.
En el marco de las investigaciones, el fiscal y su adjunto, Adolfo Naldino, ya tomaron declaración testimonial a algunos de los heridos internados en el hospital Fiorito, de Avellaneda.
Paralelamente, y con el objetivo de exigir la investigación y el castigo de la masacre de Avellaneda, pero también contra el "hambre, la represión y el autoritarismo" y para "frenar la nueva oleada represiva", la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC) marcharán el próximo miércoles desde el Congreso hacia la Plaza de Mayo.
Según expresó la CCC, la movilización contará con el respaldo de más de 300 organizaciones sociales, sindicales, de derechos humanos, estudiantiles, asambleas populares y partidos políticos. En Rosario, laAPDH resolvió adherir a la convocatoria.