La brasileña dueña del bar de bulevar Rondeau al 700 había prometido cruzar la calle de rodillas si le ganaban a Bélgica. Felizmente, su esposo argentino y sus hijos también brasileños la convencieron de que esperara a la madrugada y finalmente cumplió la promesa. En el partido anterior, cuando la verdeamarilla venció a Turquía, los hinchas del scracht y simpatizantes rosarinos bailaron hasta en la vereda. Y esta mañana los habitués del bar de barrio Sarmiento tienen preparada su habitual fiesta durante todo el día, que se repetirá el sábado próximo pero con tarjetas de invitación y todo, según anticiparon los organizadores.
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