El gigante estadounidense de telecomunicaciones WorldCom Inc. habló ayer con sus bancos para obtener nuevo financiamiento y unos términos más flexibles para sus actuales acuerdos crediticios. Al mismo tiempo, la compañía buscaba defenderse de las críticas de los políticos por el escándalo que generó su reciente anuncio de que había contabilizado erróneamente gastos de unos 4.000 millones de dólares, lo que la ha puesto al borde de la bancarrota. El presidente ejecutivo de WorldCom, John Sidgmore, dijo al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que está "sorprendido e indignado" por las irregularidades de contabilidad que permitieron que la empresa ocultara pérdidas por 1.200 millones de dólares durante los últimos cinco trimestres. La compañía, la segunda firma estadounidense de telefonía de larga distancia y servicios de datos, despidió el martes a su presidente financiero, Scott Sullivan, después de haber descubierto una serie de gastos operativos que habían sido registrados en los balances como gastos de inversión en capital.
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