El presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, de nuevo cercado por los tanques israelíes, busca ponerse de pie a través de declaraciones conciliatorias y el arresto domiciliario del fundador de los islamistas del Hamas, el jeque Yassin, pero, para los analistas, su intento de restablecer la autoridad es demasiado tardío. En recientes declaraciones al diario israelí Haaretz, Arafat afirmó que todo el mundo, incluso los palestinos, cometió "errores" en la cumbre de Camp David de julio de 2000, y que en este momento aceptaba los términos de la propuesta de paz presentada en enero de 2001 por el ex presidente Bill Clinton. Arafat lanzó un llamado para poner fin a los atentados suicidas contra los civiles israelíes, tras los atentados que mataron a 31 israelíes en Jerusalén la semana pasada. Además, tomó medidas contra el movimiento islamista radical Hamas, al decretar el arresto domiliario de su jefe espiritual, jeque Ahmad Yassin y detener el domingo a decenas de sus militantes. "Arafat intenta ganar terreno, pero es demasiado tarde: Sharon ya decidió no hablar con él ni con su Autoridad", estimó el politólogo Alí Jarbawi. Para Jarbawi, Arafat perdió su credibilidad ante los palestinos por el hecho de que no reformó de manera adecuada la Autoridad como "los palestinos lo habían exigido antes" que Estados Unidos, Europa e Israel. "Sus reformas eran superficiales" y no respondieron a los "pedidos internos de cambio y de democratización", estimó Jarbawi, agregando que "Arafat perdió la cohesión interna que lo habría podido ayudar a afrontar la presión externa". (AFP)
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