El presidente del Banco Central, Mario Blejer, confirmó ayer su alejamiento del cargo, que formalizará el 30 de junio próximo. El funcionario ya le había informado al presidente Eduardo Duhalde su decisión de renunciar hace más de un mes, aunque ambos convinieron por entonces que el alejamiento se realizara de una forma no traumática, a la espera de encontrar un sucesor.
Si bien hasta el momento no se confirmó quién será el nuevo titular del BCRA, diferentes fuentes señalaron que la responsabilidad podría recaer en Aldo Pignanelli, actual vicepresidente de la entidad.
A pesar de que la dimisión de Blejer ya se daba por descontada, tomó por sorpresa a algunos que la decisión se diera a conocer ayer, mucho más cuando el propio titular del Central se apresta a participar de un seminario en Croacia la semana próxima.
Por otra parte, Blejer había señalado a medios de prensa que no tenía intenciones de a abandonar la conducción del BCRA "si no nombraron a quien me sucede", y que "por ahora" no iba a tomar esa decisión.
Blejer se incorporó al directorio del Banco Central a mediados del año pasado a instancias del entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, quien buscaba mejorar su relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo en el que Blejer se desempeñó durante varias décadas.
Tras la renuncia de Roque Maccarone a mediados de enero de este año, Blejer asumió como presidente de la autoridad monetaria en una situación totalmente diferente a la de 2001, con el país en cesación de pagos, el abandono de la convertibilidad y la pesificación asimétrica de depósitos y préstamos del sistema financiero.
Las diferentes visiones acerca de la forma para salir de las restricciones del corralito lo llevaron a enfrentamientos con los sucesivos ministros de Economía, Jorge Remes Lenicov, primero, y Roberto Lavagna después, algo que sumado a la necesidad de trasladarse semanalmente a los Estados Unidos, donde reside su familia, determinó su dimisión.
El jueves, Blejer había asegurado que dejaría su cargo recién cuando se defina el programa monetario, y que aunque no se alcance un acuerdo con el FMI igualmente se puede evitar el default con los organismos internacionales.
El funcionario renunciante reconoció que "todavía hay puntos abiertos que se seguirán discutiendo" con el Fondo, pero consideró que "las diferencias se van clarificando", por lo cual pronosticó que "se llegará a un acuerdo".
Asimismo, el titular del Central desechó que la economía vaya camino a la hiperinflación, y evaluó que era "esperable" que en los primeros días los ahorristas no hayan mostrado demasiado interés en canjear por bonos sus depósitos atrapados en el corralito.
Además, el funcionario se mostró satisfecho con el proyecto de otorgar inmunidad penal sólo a los miembros de la Superintendencia de Bancos.
La sucesión
En los últimas semanas en el mercado se barajaron varios nombres como eventuales sucesores de Blejer, pero el tema, por su delicadeza, será definido a la postre por el propio Duhalde, según reveló una calificada fuente del gobierno, que indicó que será "una apuesta superadora".
Con esto, en el gobierno sostiene que el sucesor de Blejer, de no ser Pignanelli -quien es avalado por las entidades financieras-, será elegido sólo por Duhalde y no a sugerencia de nadie, en clara alusión al Congreso, al Ministerio de Economía y a los bancos.
Según muchos analistas, la salida de Mario Blejer marca un límite al accionar del gobierno nacional en su relación con la comunidad financiera local e internacional.
Blejer resultó un dique de contención para la presión del mundo financiero y la mejor tarjeta de presentación que tuvo la administración duhaldista luego del default y la devaluación.
Para el FMI, Blejer era el único vínculo confiable de este Ejecutivo, mientras que para el gobierno, Blejer era el nexo con el mundo financiero. A partir de ahora, se abre un tiempo de incertidumbre porque hay asignaturas pendientes como la salida del corralito, la reconstrucción del sistema financiero y el anhelo máximo de Duhalde: un acuerdo con el FMI.