El día en que se harán las elecciones sigue navegando en un mar de dudas. Sorpresivamente, los comicios deberían convocarse recién después del 10 de octubre del año próximo para cumplir con la Constitución, en base a una disposición que fue analizada por el presidente Eduardo Duhalde. En tanto, a 48 horas de aprobada en el Congreso la reforma política y cuando no se silencian las críticas de la oposición a esta ley, las apuestas se redoblan desde el espectro partidario para encontrar el camino correcto que permita recuperar la credibilidad, una virtud muy devaluada.
El jueves pasado, durante un almuerzo donde se estudió el cronograma electoral, Duhalde fue advertido sobre un artículo de la Constitución que exige realizar los comicios presidenciales dentro de los dos meses anteriores a la conclusión del mandato, que en este caso vence el 10 de diciembre de 2003.
Se trata del artículo 95, que fue reformado en 1994 y acotó a dos meses la diferencia entre el traspaso de mando y los comicios. De este modo, se acortó el debilitamiento del presidente en ejercicio generado por la convivencia en el poder con el jefe del Estado electo.
En el capítulo referido a "la forma y tiempo" de la elección del presidente y vice, la Constitución advierte expresamente que los comicios se efectuarán "dentro de los dos meses anteriores a la conclusión" del mandato del jefe del Estado "en ejercicio".
Como Duhalde completa la gestión de Fernando de la Rúa, su período concluye oficialmente el 10 de diciembre de 2003. Pero la crisis política provocó innumerables especulaciones sobre el adelantamiento de los comicios y la referencia al artículo 95 introduce ahora un obstáculo legal para convocar a elecciones antes del 10 de octubre.
En medio de esta situación, la primera dama, Hilda Chiche González de Duhalde, abrió otro frente de tormenta: admitió que el gobierno podría anticipar las elecciones si se logra la paz social, una eventualidad desmentida el jueves por altos funcionarios de la Casa Rosada.
Paralelamente, las iniciativas para determinar la caducidad de todos los mandatos en los próximos comicios, impulsada principalmente por la mesa del Diálogo Social, abrió la puerta para despertar la anestesiada vida partidaria.
Mientras algunos dirigentes como los justicialistas rebeldes Néstor Kirchner (gobernador de Santa Cruz) y Adolfo Rodríguez Saá (ex jefe del Estado) aprovechan su posición opositora a Eduardo Duhalde para hacer campaña de cara a sus respectivas candidaturas presidenciales, otros partidos comenzaron a moverse.
El PJ intenta enfriar su pelea interna y pone sus fichas en la reunión del lunes próximo entre Duhalde y el ex presidente Carlos Menem (ver aparte). Aunque otros referentes peronistas avanzan, a su modo, en la senda de conformar sus propias estructuras.
A su vez, el sector del radicalismo que responde al ex ministro Federico Storani mantendrá hoy un encuentro en Villa Gesell para discutir la renovación del centenario partido. Aunque el fin de semana próximo un plenario nacional de toda la dirigencia de la UCR analizará su futuro. Y ya se habla del probable lanzamiento de la candidatura presidencial del senador Rodolfo Terragno.
El jefe de los radicales, Angel Rozas, adelantó el espíritu que primará en el debate. "Hay que refundar el partido, que está totalmente desacreditado ante la gente", enfatizó el gobernador chaqueño.
En tanto, el viernes 28, después de años de división, el Socialismo Democrático y el Partido Socialista Popular unificarán su tropa. La agrupación le dará al ARI, que lidera la diputada Elisa Carrió, una mayor presencia como entidad electoral.
Por su parte, Carrió, a quien las encuestas muestran con buena performance en la carrera hacia la Rosada, decidió ser candidata sólo si se renuevan todos los cargos. Los aristas sospechan que una convocatoria sólo para presidente y vice impediría a quien asuma el gobierno administrar con tranquilidad.
A su turno, la esposa del primer mandatario admitió el probable llamado a elecciones anticipadas si se vislumbra una "pacificación social". Esta posibilidad, sugerida por alguien tan cercano al poder, generó una nueva polémica.
Pero no fue la única de la jornada: Chiche Duhalde también afirmó que el gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann, "se vislumbra mejor con la gente" de cara a una candidatura presidencial. La frase detonó la réplica de Rodríguez Saá, potencial adversario del Lole. Y Luis Lusquiños, el más estrecho colaborador del puntano, se encargó de ejecutarla.
El ex secretario general de la Presidencia durante la efímera gestión de Rodríguez Saá enfatizó que Reutemann "es el candidato del Pacto de Olivos" y dijo que junto al gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, "son más de lo mismo". También le reclamó al PJ "garantías de una interna limpia".
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La Ciudad
