Año CXXXV
 Nº 49.517
Rosario,
sábado  22 de
junio de 2002
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Una relación de amor-odio
Los partidos entre ingleses y argentinos tuvieron desde su primera vez un sabor especial

Decir que el primer equipo que visitó Argentina fue inglés habla a las claras de la relación que une al rugby nacional con el británico. Pero los lazos que unen a ambas naciones, que aunque cueste creerlo son muchos, constantes y muy fuertes, son anteriores a este hecho. La historia así lo marca.
Si bien no existen certificados que puedan avalar, se presume que el rugby llegó a la Argentina a bordo de algún buque procedente de las Islas Británicas, de la mano de los muchos inmigrantes ingleses que vinieron a poblar esta parte del globo.
Para graficar aún más esos lazos vale decir que los estatutos de la River Plate Rugby Union Championship (nombre original de la Unión Argentina de Rugby) estaban escritos en inglés y de hecho se usó por mucho tiempo como el idioma oficial de la Unión.
En 1910, con motivo de la celebración del centenario del primer grito ¿de libertad? por parte de los argentinos, llegó en gira al país una representación de la unión inglesa (RFU). El capitán de ese equipo inglés fue J. E. Raphael y ganaron con facilidad todos los partidos que jugaron, salvo el primero de ellos cuando enfrentaron al primer seleccionado argentino que tuvo una particularidad: muchos de sus integrantes no habían nacido en el país.
Pasó un tiempo bastante largo para que otro equipo británico volviera a pisar tierra argentina. Fue en 1927 y esa gira fue bastante particular ya que el representativo contó con jugadores de Gales, Irlanda, Escocia e Inglaterra. Ese equipo también fue imbatible y no perdió ningún partido.
La tercera visita se produce en 1936 y, según Free Lance, existían "razones valederas para sostener que el equipo británico de 1936 fue el mejor de los tres (los Juniors Springboks habían jugado en 1932) que actuaron aquí en el período que medió entre las dos guerras mundiales".
El tiempo siguió su curso inexorable. El rugby argentino siguió transitando su destino. Llegó a 1965, nacieron Los Pumas y por Argentina fueron pasando conociendo el sabor de la derrota Gales (1968), Escocia (1969) e Irlanda (1970).
Sólo quedaba que llegara Inglaterra cuyo arribo estaba previsto para 1973, pero nunca se concretó ya que los ingleses, alegando la caótica situación que vivía el país, decidieron cancelar la gira. La RFU pagó una indemnización y vino Rumania.
En 1978 Los Pumas llegaron por primera vez a la Catedral del Rugby, Twickenham. Y en el único internacional que hubo argentinos e ingleses no se sacaron ventajas, de hecho el 13 a 13 fue una muestra cabal de ello. Este empate no figura en las estadísticas anglosajonas ya que en ese momento Inglaterra no otorgaba caps a equipos que no fueran consagrados.
Un nuevo empate se produjo en 1981 en el primero de los test matches jugados en Buenos Aires con el equipo liderado por el legendario Bill Beaumont: la paridad se reflejó en el 19 a 19. En la revancha ganó la visita 12 a 6 en un partido de pocos lujos.

Malvinas y después
1982. Malvinas. Las relaciones con Inglaterra se rompen y recién en 1990 un equipo británico volvería a pisar nuestro país. Y sintieron el rigor argentino en todos los partidos salvo en los test. Banco Nación, liderados por Hugo Porta, derrotó al equipo de Will Carling 29 a 21, los seleccionados de Buenos Aires y Cuyo hicieron lo propio y Tucumán y Córdoba arañaron el triunfo. La serie fue otra cosa. Los test fueron repartidos. El primero lo ganó Inglaterra (25 a 12) y el segundo Los Pumas (15 a 13).
Ese mismo año Los Pumas devolvieron la visita. En las Islas, Inglaterra los esperaba con todo su potencial. El primer test Los Pumas perdieron por paliza (51 a 0) y se registró la mayor diferencia entre ambos conjuntos.
Sin embargo, el partido sería aún más recordado por un incidente que se suscitó con el pilar argentino Federico Méndez que por ese entonces tenía 18 años. El mendocino reaccionó violentamente a una agresión y de una trompada nockeó al segunda línea Paul Auckford. Por diferentes motivos, ambos dejaron la cancha.
Argentina e Inglaterra volvieron a medirse en 1995, en el Mundial de Sudáfrica. En Durban, el equipo inglés que ostentó orgulloso el título del campeona del Cinco Naciones no pudo frenar al pack argentino ni la excitación de Los Pumas. De todos sus argumentos, el más peligroso y por el cual consiguieron a la postre la victoria, fue el pie de Rob Andrew, autor de los 24 puntos ingleses.
En diciembre de 1996 Los Pumas cerraron una gira por Inglaterra con una derrota muy ajustada (20-18). El partido fue muy parejo y Argentina lo perdió en los minutos finales. En la temporada siguiente volvieron a estar frente a frente y la serie terminó uno a uno. En el primer test el conjunto de la Rosa no tuvo inconvenientes y se llevó el triunfo (46 a 20) pero en la revancha la historia fue muy distinta. Los Pumas devolvieron gentilezas y se impusieron 33 a 13.
La última cita volvió a ser en la Catedral del Rugby. En ese escenario una impiadosa Inglaterra puso de rodillas al equipo argentino que nada pudo hacer ante la supremacía del local. El 19 a 0 fue inapelable.


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