El desmembramiento del sistema financiero y la proliferación de monedas no bancarizadas (bonos nacionales o provinciales) estimuló una vieja práctica en la comercialización de granos: la venta en negro o a través de los denominados "valijeros".
Los referentes del sector dan cuenta de un pronunciado crecimiento de las ventas no formales en este último ciclo agrícola, donde además hubo una notoria retracción de la oferta debido a que por la crisis económica los productores prefieren retener su mercadería hasta que haya reglas más claras y especulando por mejores precios.
En función de esta situación, no sólo creció la comercialización en negro con pagos cash sino a través de instrumentos que les permiten a los productores hacerse de efectivo lo más rápido posible, como la triangulación de venta vía bonos (Lecop, patacones, etcétera) que luego son canjeados en determinados comercios o empresas.
"Sabemos que la comercialización informal creció, pero no tenemos cuantificación", indicó el secretario de Agricultura de Santa Fe, Oscar Alloatti, quien consideró que esto coincide con el "resentimiento del sistema financiero que restringió las operaciones bancarias".
En la misma sintonía se expresó la Sociedad Gremial de Acopiadores, que reúne a los acopios y cooperativas de la zona Rosafé.
El titular de la entidad, Enrique Fernández, señaló que la comercialización por fuera del circuito formal "origina un doble perjuicio a los acopiadores: por un lado, les quita clientes y por otro, al producirse un agujero negro en la recaudación del Estado, éste intenta recomponerlo vía aumento de alícuotas o creando nuevos impuestos".
Una temporada negra
Aunque la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) reconoció hace unos años que la evasión en el sector de granos superaba los 450 millones de dólares, el tema se transforma en tabú a la hora de identificar con nombre y apellido a quienes negocian vía esta metodología.\Sin embargo, la crisis pudo más y un grupo de acopiadores del interior de la provincia salió a poner el tema sobre la mesa con el fin de abrir la discusión en torno a una metodología que afecta a toda la cadena de comercialización de granos.\Los acopiadores indicaron que más de la mitad de la soja producida esta campaña en la región se estaría comercializando a través de los "valijeros", que no tributan al Estado y cobran el reintegro del IVA. "El mercado negro existió siempre pero ahora alcanzó dimensiones inauditas a tal punto que genera una competencia desleal que hace peligrar nuestra actividad", manifestó el propietario de una empresa acopiadora.\"El gran circuito negro funciona con una red de compradores llamados valijeros, que son los encargados de transar con los productores agropecuarios directamente en la zona rural. Allí pagan en efectivo el 80% de la mercadería cargada y el resto queda reservado para cubrir los descuentos por deficiencias en la calidad del grano. Una vez deducidos esos gastos, a los quince días entregan la diferencia al productor también al contado", explicó.\"Posteriormente venden el cereal con un número de Cuit prestado o lo entregan a acopiadores que se prestan para el negocio y quedarse con el total del IVA. En el camino, y para que el mecanismo funcione bien aceitado, es necesaria la anuencia de propietarios de balanzas públicas y de los organismos de contralor del Estado", relató un grupo de acopiadores.\Los cerealistas reclamaron una mayor participación de la Afip en el asunto. "Es llamativo que los inspectores aparezcan a verificar denuncias después de que termina el período de cosecha y cuando la actividad está en su punto álgido hacen oídos sordos a nuestras quejas", protestaron.