La lesión del delantero del seleccionado de Inglaterra Michael Owen, que le impidió entrenarse ayer junto a sus compañeros, generó preocupación en el director técnico, Sven Goran Eriksson, con vistas al partido de pasado mañana contra Brasil, por los cuartos de final del mundial de Japón y Corea del Sur. El juvenil atacante de Liverpool sufrió el sábado pasado un estiramiento en los aductores, en ocasión del encuentro en el que Inglaterra superó a Dinamarca (3-0), por los octavos de final. El inconveniente físico obligó a Owen, quien marcó el segundo gol de su seleccionado ante el conjunto dirigido por Morten Olsen, a abandonar la formación titular en el entretiempo y dejar su lugar a Robbie Fowler. Eriksson, en el momento de la sustitución, había dicho que se trataba sólo de una "precaución", pero Owen sigue sin entrenarse normalmente y eso preocupa mucho en el seno del plantel inglés. Por su parte, el volante David Beckham restó importancia a la ausencia del atacante en la práctica de ayer. "No estoy preocupado por Michael, él se quedó por precaución en el hotel para ser masajeado y descansar. Todos tenemos pequeños dolores, pero aún faltan tres días para el partido ante Brasil", dijo el Spice Boy. Pero el técnico Eriksson piensa diferente que Beckham y ya comenzó a lamentarse por la eventual falta de Owen en el atrapante choque contra los conducidos por Luiz Felipe Scolari, que se jugará en la ciudad japonesa de Shizuoka, a las 3.30 hora argentina. "La sociedad de Michael con (Emile) Heskey es lo mejor que se puede encontrar porque se entienden muy bien. Además, comenzaron a convertir goles", manifestó el sueco. (Télam)
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