Las autoridades italianas se preparaban desde ayer para la canonización del Padre Pío, el personaje eclesiástico más popular en Italia después de Juan Pablo II, instaurando un dispositivo de emergencia ante las previsiones meteorológicas, que anuncian 30 grados a la sombra para el domingo, y los tan sólo 50.000 asientos para las 300.000 personas esperadas en la Plaza de San Pedro. Nueve hospitales de la capital fueron puestos en estado de alerta, eso sin contar el reservado permanentemente para el Papa, de 82 años, cuyo estado de salud suscita mucha inquietud. Colaborarán con ellos un millar de voluntarios de protección civil. Los principales espectadores de la canonización serán ancianos, a menudo enfermos, y niños. Se vendieron un total de 250.000 entradas para acceder a la plaza de San Pedro, donde Juan Pablo II oficiará la misa. Para entrar, los fieles deberán pasar bajo los pórticos equipados con detectores de metales, lo que llevará su tiempo. Pero se calcula que habrá tan sólo unos 50.000 asientos en la plaza. (AFP)
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