El Ejército se atrincheró para resistir el proyecto que debate la Legislatura provincial que impulsa la creación de un comedor comunitario en el predio del Batallón de Comunicaciones 121, de Rosario. Los militares argumentaron que es imposible que prospere la idea ya que toda la infraestructura de ese regimiento, que funciona en Lamadrid al 500, está en pleno uso. Sin embargo, La Capital constató que esas instalaciones se alquilan para realizar fiestas y hasta los militares ofrecen servicio de catering.
Ante la profunda crisis socioeconómica que atraviesa el país y las necesidades de los sectores más carenciados, el diputado provincial Miguel Bullrich presentó la semana pasada un proyecto en la Legislatura para que en parte del Batallón funcione un comedor comunitario.
La idea del demócrata progresista es que el Estado provincial firme un convenio con el Ejército por el cual la Secretaría de Promoción Comunitaria pueda utilizar tanto las instalaciones del Batallón de Comunicaciones 121, de Rosario, como las del ex Regimiento de Infantería 12, de Santa Fe, para darle de comer a personas carenciadas.
El diputado apuntó a estas instalaciones militares porque de llegar a un acuerdo la provincia no tendría que hacer inversiones en infraestructura. Es que el Batallón cuenta con comedores ya instalados y cocinas totalmente equipadas, por lo que la provincia sólo tendría que invertir en comida.
Pero la iniciativa no fue muy bien recibida en los cuarteles. Y el titular del II Cuerpo de Ejército, general Guillermo Olmos, afirmó la semana pasada a La Capital que el proyecto del legislador demócrata progresista "tal como está planteado no tiene sustento".
Si bien Olmos aseguró en todo momento que "el Ejército desea ayudar con toda su capacidad para atenuar la crisis por la que atraviesan muchos ciudadanos", aclaró que "las instalaciones del Batallón 121 están en pleno uso".
La autoridad castrense tampoco se ahorró críticas para con el legislador provincial. "El diputado está mal asesorado, porque si nos hubiera consultado antes de presentar la iniciativa, sabría que el Ejército no declaró prescindibles las instalaciones que él propone como comedores. Así, el proyecto no va a llegar a buen término", dijo en su momento.
Lo insólito es que mientras el II Cuerpo de Ejército rechaza de plano la iniciativa, no tiene reparos en alquilar esas mismas instalaciones como salones de fiestas. Y esta parece no ser una novedad en el predio de Lamadrid al 500, ya que es vox populi allí que desde hace años se ofrece el lugar a particulares para recaudar dinero.
Así, cualquiera puede acercarse hasta el Batallón de Comunicaciones 121 para preguntar cómo se tramita al alquiler y nadie lo va mirar con asombro, sino que será invitado a pasar para hablar con quien "se encarga del tema".
Pero parece que el alquiler de instalaciones militares no sólo es una costumbre rosarina, ya que también el casino de oficiales de la ciudad de Santa Fe funcionó durante mucho tiempo como salón de fiestas hasta que finalmente fue destinado a una escuela que depende del Liceo General Belgrano.
Por sólo 300 pesos
Como en cualquier otra casa de fiestas de Rosario, el precio del alquiler de las instalaciones del Batallón de Comunicaciones 121 depende del servicio. "El quincho" -como lo llaman- tiene capacidad para unas 300 personas y tenerlo disponible por una noche cuesta 300 pesos.
La suma incluye no sólo la limpieza del lugar después de la fiesta, sino que obviamente se destaca ante los interesados la "seguridad" que ofrece el lugar. Y al igual que en otros salones de fiesta, el Ejército también dispone de una persona que estará toda la noche en la entrada al predio con la lista de invitados controlando que no haya colados.
A partir de ese servicio básico, las variantes que ofrece el salón castrense son muchas, aunque obviamente se encarece el precio. Los novios o cumpleañeros tendrán la opción de alquilar en otro lugar las mesas y las sillas, o bien en el mismo Batallón pueden proveerle tablones y manteles para la fiesta.
Además, el servicio de catering puede estar incluido dentro del alquiler, aunque el presupuesto seguirá creciendo según el menú que se elija. En rigor, el Ejército vende la propuesta gastronómica, pero el servicio lo tiene tercerizado en una empresa, para que quien organice la fiesta no tenga nada de qué preocuparse.
La pregunta es: si el II Cuerpo de Ejército puede alquilar parte de sus instalaciones como salón de fiestas, ¿por qué se niega a cederlas para que allí la Secretaría de Promoción Comunitaria de la provincia pueda darle de comer a cientos de personas carenciadas? \Ante las objeciones planteadas, ahora el diputado Bullrich buscará consensuar la propuesta con las propias autoridades militares. Y ya adelantó que para eso mantendrá en los próximos días una reunión con las autoridades del II Cuerpo de Ejército.