"Lo maté para defenderme", repitió Pablo Luis Fernández cada vez que le preguntaron por qué había asesinado a su padre. Pero los testigos de esa muerte, entre ellos su propia madre y su hermana, siempre lo desmintieron. Para ellos fue un crimen a secas y así lo entendieron los jueces. Fernández ya había sido condenado a prisión perpetua por el juez Luis Giraudo, pero la defensa apeló y ahora salió el fallo definitivo. Según la Sala IV de la Cámara de Apelación Penal fue asesinato y la pena aplicada por el magistrado es la más justa. Zapatito, como le dicen a Fernández, tiene 23 años. Su papá tenía 42 y se llamaba Luis Rey Fernández. La familia vivía en una casa de Aurora al 3700, en el sudoeste de la ciudad, en un barrio donde el Ente Administrador del Puerto Rosario (Enapro) relocalizó a pobladores de la cortada Mangrullo. Allí ocurrió el crimen, alrededor de las 20.30 del 11 de diciembre de 1999. Padre e hijo discutieron cuando el primero salió en defensa de su mujer, a quien Zapatito había increpado. Los motivos de la discusión cambian según quien los cuente, pero aparentemente el muchacho pidió dinero para comprar una cerveza y se lo negaron. Y eso provocó su enojo. Según uno de los testigos, hubo un intento de agresión de Fernández hijo hacia la madre. Fue entonces cuando el esposo de la mujer tomó un palo para defenderla. La reacción de Zapatito fue un cuchillazo que se clavó en el pecho del padre, a la altura del corazón, y lo dejó agonizante. Algunos dicen que el ataque se produjo en ese mismo instante, y otros afirman que el homicida se alejó del lugar después de discutir con el padre y luego regresó para matarlo. Su versión, en cambio, resultó "inverosímil" para los jueces. Según su relato, ambos forcejearon y cayeron al suelo y de pronto vio que al padre le salía sangre del pecho. Para los magistrados de la Cámara Penal fue como explicar la muerte a partir de una "herida misteriosa" sin causa aparente. Además, los jueces descartaron la legítima defensa. "Fue el acusado quien provocó la situación y no al revés", dijeron. De ese modo desactivaron los argumentos del defensor oficial al sostener que Zapatito mató para defender su propia vida, algo que le hubiera permitido quedar libre. El fallo, en cambio, lo sentenció a prisión perpetua.
| Familiares del agresor, después de ocurrir el hecho. (Foto: Hugo Ferreyra) | | Ampliar Foto | | |
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