Al tercer o cuarto mate que le cebó su novia, Juan Carlos comenzó a sentir una mezcla de mareo y sueño que en cuestión de segundos lo dejó knock out. A las doce horas se despertó y descubrió que la mujer había desaparecido llevándose ropa, dinero, un televisor de 20 pulgadas y hasta una pequeña cocina a gas, en un clásico caso de viuda negra. La dama en cuestión fue localizada el jueves a la noche por la policía, que recuperó todo lo robado, pero luego de las consultas de rigor con la justicia recuperó la libertad porque el delito que se le imputa es excarcelable, según dijeron fuentes policiales.
Voceros de la seccional 20ª de Empalme Graneros, en cuya jurisdicción ocurrió el caso, contaron a La Capital que todo comenzó con una relación amorosa que trabó Juan Carlos Rodríguez, de 39 años, con Sandra Viviana Quiroga, de la misma edad, hace aproximadamente tres semanas. El hombre es soltero y vive solo en José Ingenieros al 2700 en el mismo barrio de la zona norte.
Al parecer, según fuentes de la investigación, Juan y Sandra tenían mucho en común y el hombre le habría propuesto días atrás convivir en su casa. En eso estaban hasta el miércoles pasado. El hombre trabaja de mecánico para una agencia de autos y ese día, alrededor de las 19, regresaba a su casa luego de varias horas de trabajo.
De acuerdo a lo que trascendió de su denuncia policial, Juan saludó a su pareja y enseguida se puso a conversar sobre cuestiones del día. Todo transcurrió con normalidad hasta que Sandra se ofreció para cebarle unos mates. El hombre ingirió tres o cuatro infusiones y al rato comenzó a sentir una somnolencia tan fuerte que segundos después lo hizo desplomarse.
Rodríguez contó que durmió profundamente hasta el jueves a las siete de la mañana, es decir casi doce horas. Cuando despertó se encontró recostado en su cama y al comprobar la cantidad de horas que permaneció inconsciente tuvo la sospecha de que algo extraño había ocurrido. El mecánico no tardó en comprobar que Sandra no estaba en la vivienda y que del inmueble habían desaparecido casi todas sus prendas de vestir, 100 pesos en efectivo, todos sus elementos personales, un televisor de 20 pulgadas y una cocina a garrafa.
Una fuente de la investigación contó que la mayor sorpresa que se llevó la víctima fue encontrar esparcidos por el piso de la la casa varias cápsulas de Rivotril, un psicofármaco que generalmente se prescribe para personas con trastornos psiquiátricos y que actúa como un potente sedante. De allí Rodríguez fue hasta la seccional 20ª donde radicó una denuncia por robo.
En un cabín
Cuando llegó a la dependencia, la víctima aún sufría efectos del sedante. "Entró tambaleándose a la comisaría y hasta altas horas de la noche seguía dopado", comentó una fuente de la 20ª. Los datos que aportó el hombre le sirvieron a la policía para ubicar a la sospechosa. Sandra Quiroga fue localizada viviendo en un viejo cabín ferroviario cercano a Juan B. Justo y avenida de la Travesía, en medio de una villa miseria.
La policía entró al lugar con una orden de allanamiento firmada por el juez de instrucción Alfredo Ivaldi Artacho. Eso ocurrió a las 22 del jueves. Quiroga estaba adentro junto con un hombre que sería su pareja y en el interior de la precaria casilla se encontraban todos los elementos sustraídos al mecánico, según consignaron voceros.
La mujer permaneció detenida en la seccional 20ª, pero ya en horas de la madrugada recuperó la libertad por orden del magistrado ya que el delito que se le imputa es excarcelable. "Permanecerá libre mientras se sustancie el proceso", se informó.