Karachi, Pakistán. - Once personas murieron y cuarenta resultaron heridas en un atentado suicida con una camioneta cargada de explosivos frente al consulado estadounidense en Karachi, el gran puerto del sur de Pakistán, lo que llevó a Washington a ordenar el cierre temporal de todas sus legaciones diplomáticas en el país. Funcionarios paquistaníes señalaron que la red Al Qaeda podría estar detrás del ataque.
Cuerpos destrozados, un muro de cemento y hierro que se suponía capaz de resistir fuertes explosiones destruido en varios metros, y más de una decena de vehículos calcinados eran la prueba de la violencia del atentado suicida. "Era una camioneta bomba, fue un ataque suicida", declaró el jefe de la policía de Karachi, Tariq Jamil. Se cree que una pareja iba a bordo del vehículo cuando estalló contra una esquina amurallada del consulado.
El Departamento de Estado norteamericano dijo que ningún empleado consular murió en el atentado, aunque seis de ellos -un infante de marina y cinco paquistaníes- resultaron heridos por las esquirlas. EEUU ordenó el cierre de la embajada y el Centro Estadounidense de Islamabad, así como los consulados de Lahore (noreste) y Peshawar (este), por lo menos durante el fin de semana.
El atentado se produjo al día siguiente de la visita a Pakistán del secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, y un mes después de la muerte de 11 franceses en una acción similar en la misma ciudad. Karachi posee un movimiento integrista islámico de fuerte radicación.
Los clientes del hotel Marriott, lindante con el consulado y que sufrió el estallido de todos sus vidrios, hicieron rápidamente sus valijas y se fueron.
Testigos aún conmocionados describieron el momento vivido: "Había un torso decapitado en el suelo, la policía recogía trozos de cadáveres en otros dos lugares. El suelo estaba cubierto de sangre".
Los vidrios de los edificios situados en un perímetro de 500 metros alrededor del consulado quedaron hechos pedazos. Las hojas de los árboles, arrancadas por la deflagración, formaban una alfombra verde en el suelo.
Pedazos de coches y motos yacían en la calle que lleva del consulado al hotel Sheraton, frente al cual murieron 14 personas, once francesas, el 8 de mayo pasado en un atentado similar. Los franceses eran técnicos que trabajaban en la construcción de submarinos para la armada paquistaní.
Los restos de la camioneta Suzuki que aparentemente transportaba la bomba estaban desperdigados en un parque ubicado frente al consulado. La estructura misma de la representación diplomática sufrió daños, dijo un portavoz de la embajada estadounidense en Islamabad.
La explosión se oyó en un radio de un kilómetro. "La explosión fue tan fuerte que nuestro edificio tembló horriblemente", explicó el propietario de una tienda de electricidad.
La Casa Blanca condenó el atentado y subrayó que ilustra que el peligro terrorista sigue pesando sobre Estados Unidos. El atentado "nos recuerda fehacientemente que nuestra nación está en guerra contra terroristas dispuestos a recurrir a todos los medios para atacar a Estados Unidos y a otras naciones", advirtió el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
Un funcionario policial recordó que las autoridades estuvieron en alerta la semana pasada ante la posibilidad de un atentado de Al Qaeda, posiblemente para vengarse de la detención en Pakistán de algunos de sus miembros que huían del vecino Afganistán.
Terroristas muy preparados
El atentado "parece obra de gente altamente preparada que no tiene que ver con activistas locales", dijo el responsable, exigiendo el anonimato. "Esa es una de las razones por la que sospechamos de Al Qaeda".
El balance de muertos aumentó de 8 calculados inicialmente a 11 al anunciar, desde el Hospital Civil de Karachi, que recibieron cuatro cadáveres, tres de ellos a pedazos, mientras otro hospital local informaba que le habían llegado siete cadáveres intactos. "Reconstruimos tres cuerpos mutilados y son todos de mujer", dijo el doctor Hafiz Athar.
La policía aseguró que dos policías que vigilaban el consulado murieron y 40 personas resultaron heridas.
Fuentes policiales afirmaron que el vehículo usado en el atentado era una pequeña camioneta Suzuki que estalló cuando alcanzó una de las esquinas del recinto consular, dejando un agujero de tres metros de profundidad.
La explosión de Karachi es el cuarto atentado terrorista contra occidentales en Pakistán en lo que se lleva de año. El 23 de enero, el periodista estadounidense Daniel Pearl fue secuestrado en Karachi y luego asesinado.
El 17 de marzo un atentado provocó cinco muertos en Islamabad, dos de los cuales estadounidenses. Por último, el 8 de mayo pasado, ocurrió el atentado contra los franceses frente al Sheraton de Karachi. (AFP)