"Si toda mi familia pudo salir a trabajar para mantenerse yo también lo puedo hacer, y estoy muy orgulloso porque no me gusta que me mantenga nadie", expresó Daniel, de 21 años. Daniel es uno de los 30 jóvenes discapacitados mentales que a partir de ayer tienen en sus manos el mantenimiento del parque Urquiza de Rosario. Todos ellos han estudiado en la Escuela de Jardinería que depende de la Dirección de Parques y Paseos de la Municipalidad, y perciben una beca de 210 pesos mensuales. El programa estatal es único en el país y alberga a 300 jóvenes en los tres niveles académicos de la institución. La experiencia podría extenderse a otros espacios verdes de la ciudad.
Los alumnos especiales del taller de jardinería plantaron ayer, junto a sus maestros y tutores, 30 árboles en el parque Urquiza en la que fue la primera jornada laboral por fuera de la institución. El intendente Hermes Binner compartió la tarea con los nuevos jardineros y los felicitó por el entusiasmo puesto en la tarea.
Divididos en dos cuadrillas de 15, los chicos y chicas marcarán tarjeta en el predio por la mañana (de 7 a 12) y por la tarde (de 13 a 18). Con el soporte de la estructura de Parques y Paseos serán de ahora en más los responsables de la limpieza del área, de sembrar los plantines de estación, cuidarlos y reemplazarlos, cortar el césped y carpir las cazuelas de los árboles para que drene el agua, entre otras actividades.
Transportando plantines, pala en mano y con cortadoras de césped los nuevos trabajadores del parque Urquiza se mostraron exultantes y dieron muestras de no esquivar el bulto a la hora de poner manos a la obra.
Cecilia, de 26 años, comentó que con su sueldo ayuda en la casa pero que también se compra ropa. "Me gusta salir de compras", aseguró. A su lado, Norberto, de 18 años, de Empalme Graneros, comentó que todas las mañanas se llega a las instalaciones del parque Independencia para hacer lo que más le gusta. "Preparo la tierra y también cuido las plantas, ahora ya voy a venir al parque a la mañana", contó. Más allá de que ahora tendrán horarios y obligaciones específicas, el trabajo no es nuevo para ellos, ya que producen todos los insumos de jardinería que necesita la repartición municipal para el mantenimiento de los espacios verdes.
Diez años de experiencia
El taller para chicos con discapacidades mentales comenzó a funcionar en la Escuela de Jardinería desde el año 1992. Allí pueden ingresar adolescentes y jóvenes de entre 15 y 29 años. Según una ordenanza municipal son 15 estudiantes por curso los que pueden ser becados, por lo que hay más de 60 en lista de espera. Los otros 200 alumnos se integraron académica y laboralmente a partir de un convenio firmado con la Comunidad Económica Europea que en la actualidad paga los salarios de los docentes y que permitió ampliar el espacio educativo no formal.
La responsable de la Dirección para la Inclusión de Personas con Discapacidad, Silvia Trócoli, explicó que el acuerdo internacional vence a fin de año. "Estamos apostando muy fuerte a la continuidad del proyecto", afirmó. El director de Parques y Paseos, Eduardo Formarini, destacó que en la entidad conviven y comparten el aprendizaje los adolescentes discapacitados con otros chicos interesados en la jardinería. "Como todos los alumnos, una vez que terminan el ciclo académico y luego de una evaluación pueden ser pasados a la planta permanente de empleados con las mismas condiciones de trabajo", remarcó.