La organización ecologista Greenpeace reiteró en Roma que Argentina, que desde 1996 adoptó el cultivo de transgénicos, resulta un ejemplo negativo y fatal para ese tipo de industria agrícola, que no ha frenado el hambre en el país. "Argentina adoptó hace siete años los transgénicos con más entusiasmo que cualquier otro país, exceptuando a Estados Unidos. Sin embargo, en ese mismo lapso, la inseguridad alimentaria ha aumentado enormemente" afirmó Emiliano Ezcurra de la entidad. "Argentina tiene 11 millones de hectáreas con un solo cultivo, en donde se aplica un solo herbicida. Eso es un suicidio", sostuvo el ambientalista, quien entregó un informe sobre las consecuencias de los cultivos transgénicos en el país y la desaparición de pequeños y medianos productores. En este último aspecto, denunció la concentración de la producción agrícola en manos de cinco grandes compañías". Asimismo, denunció que "la soja transgénica se destina a la exportación. El gobierno y la industria promueven la exportación mientras la seguridad alimentaria de los argentinos no es una prioridad para las autoridades al fijar sus políticas". (DyN)
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