El Banco Central ya lleva prestados unos 19 mil millones de pesos para sostener a los bancos en medio de una crisis financiera que no cede y profundiza la parálisis de los sectores productivos. Como esos pesos se desplazan hacia el dólar, el drenaje sin freno de esos recursos puede convertirse en el corto plazo en el detonante de un proceso hiperinflacionario. El fenómeno y las fórmulas sobre cómo enfrentarlo abrieron una grieta entre las autoridades del Ministerio de Economía y el BCRA.
Mario Blejer, titular del Central, sostiene que es imprescindible seguir asistiendo a los bancos porque la caída de algunos de ellos potenciaría aún más la generalizada desconfianza de la población en el sistema y la consiguiente búsqueda de billetes verdes. En cambio, en el Ministerio de Economía la idea que algunos bancos caigan u otros deban recurrir a sus matrices internacionales para seguir operando no disgusta. Sostienen que los ahorristas se verían inducidos a optar por los bonos a largo plazo en lugar de dejar sus colocaciones dentro de la reprogramación de bancos en riesgo de quiebra.
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, pretende poner bajo estricto control a los redescuentos y pases activos que el BCRA le viene otorgando a los bancos desde que se desató la crisis financiera a fines del año pasado. Ocurre que las reservas ya perforaron la peligrosa barrera de 10 mil millones de dólares, el fisco ya sobrepasó las posibilidades de emisión previstas en el presupuesto y de poco sirvieron los esfuerzos gubernamentales para evitar una disparada de la cotización de la moneda norteamericana, que sobre el fin de semana volvió a quedar cerca de los cuatro pesos.
Fuentes de la cartera económica sostienen que si es necesario seguir quemando esas reservas tendrá que ser para poner en marcha a los sectores productivos y no para cubrirles las espaldas en forma indiscriminada a la banca.
La información sobre montos y destinos de la asistencia financiera del BCRA son datos que el BCRA guarda con mucho celo. Las últimas cifras oficiales corresponden al 15 de mayo último y suman casi unos 18 mil millones, aunque fuentes del sistema financiero sostienen que hasta fines de la semana pasada se fueron más de 19 mil millones.
Una ayuda del Central
El BCRA asiste a los bancos por medio de adelantos de caja, una suerte de autorización para girar en descubierto en la cuenta que las entidades financieras tienen ante la autoridad monetaria, además de redescuentos y pases activos garantizados con los títulos públicos defaulteados y las devaluadas acciones de los bancos.
Como parte del paquete de asistencia se fueron 4.500 millones sólo para asistir al Banco Galicia, el primero que sufrió una corrida, y también se le concedieron más de 180 millones de dudosa recuperación a los canadienses del ScotiaBank, unos 280 millones a los franceses del Credit Agricole que controlaban los bancos Bisel y Suquía y 55 millones a los hermanos Rohm, dueños del ex Banco General de Negocios (BGN) y acusados por maniobras delictivas para evadir el corralito financiero con destino a otras plazas.
Es por esto que el directorio que encabeza Mario Blejer impulsa una ley de inmunidad para todas las autoridades del BCRA, como supuesta exigencias de los organismos de crédito internacional, una versión que el propio Lavagna se encargó en desmentir en reiteradas oportunidades.
Un factor clave para destrabar la madeja financiera pasará por el grado de aceptación que tendrá el Plan Boden entre los ahorristas. Si una masa importante se vuelca hacia los títulos públicos, los bancos dejarán de requerir magnitudes importantes de recursos. Lavagna entiende que el Estado ya desembolsó más de la cuenta para salvar a los bancos, con pésimos resultados en cuanto a frenar la disparada del dólar y poner en marcha la economía.
En efecto, los 19 mil millones aportados por el Banco Central no hicieron más que financiar el drenaje de casi 5.000 millones de dólares que se fueron del sistema desde comienzos de año.
Por eso fue que Lavagna defendió a capa y espada incluir en la solución para el corralito opciones para comprar autos, propiedades y acciones de Bolsa. El jefe del Palacio de Hacienda entiende que ahora es necesario dar un paso adelante, que los bancos empiecen a cargar con su cuota de responsabilidad y restringir al máximo la circulación de dinero. Y que en todo caso se inyecten recursos destinados a revitalizar un sistema productivo virtualmente paralizado desde hace varios meses. Si en el medio tropieza algún banco, en el Ministerio de Economía interpretan que podría ser una llamada de atención para los ahorristas más remisos a aceptar los bonos.
Lo que Lavagna observa como oportunidad es una amenaza para Blejer. El titular de la autoridad monetaria sostiene que un corte del flujo de recursos destinados a los bancos no hará más que precipitar una crisis de mayor intensidad.
La Ciudad
