La saga de la familia Kennedy sumó un nuevo drama ayer con la condena de un sobrino de Robert Kennedy, Michael Skakel, por el asesinato de una adolescente de 15 años, Martha Moxley, ocurrido el 30 de octubre de 1975, en la ciudad de Greenwich, en el estado de Connecticut. Al jurado de Norwalk (Connecticut, este) le llevó tres días para dar su veredicto de culpable, dejando a Skakel (41) frente a una posible cadena perpetua. El 19 de julio se dictará la sentencia. Skakel es sobrino de Ethel Kennedy, viuda del desaparecido senador Robert F. Kennedy, hermano de John Fitzgerald Kennedy.
El jurado pronunció su veredicto sin mirar a Skakel poco después de comenzar el cuarto día de deliberaciones, tras cuatro semanas de juicio.
Un fuerte grito salió de las gargantas de los amigos de Martha Moxley cuando se leyó el fallo. El hermano de Moxley, John, y su madre, Dorothy, se abrazaron al escucharlo. Skakel parecía estar rezando, con el cuerpo apoyado sobre una rodilla en la mesa de la defensa, poco antes de anunciarse la decisión del jurado.
Martha Moxley fue asesinada con un palo de golf -más tarde rastreado como parte de un juego que pertenecía a la madre de Skakel- y su cuerpo fue hallado debajo de un árbol en la casa de su familia.
Sin testigos presenciales del asesinato y sin sólida evidencia forense, la acusación se basó sobre todo en el testimonio de personas que admitieron haber escuchado a Skakel confesar y alardear de que los contactos de los Kennedy le evitarían ser llevado a la Justicia.
Durante el juicio de un mes, varios testigos declararon que Skakel, que también tenía 15 años al momento del asesinato, se había enamorado de su vecina Moxley aunque a la vez estaba enfurecido porque ella parecía sentirse más atraída hacia su hermano mayor.
El crimen había quedado sin resolver durante varias décadas, aunque Skakel era el principal sospechoso.
"Este es el día de Martha, de veras el día de Martha", declaró a la prensa la madre de la víctima, Dorothy Moxley. "Pensé que este día nunca llegaría. Apenas puedo creerlo. Me siento muy bien", señaló, expresando además su antipatía con la familia del asesino.
La vida de Skakel "ha sido un infierno durante 27 años y es claro que su conciencia y su culpa lo siguieron donde fuera".
Los abogados de Skakel, que presionaron sin éxito para que su cliente fuera juzgado en una corte juvenil debido a que era menor de edad en el momento del asesinato, anunciaron que apelarán la sentencia.
"Estamos amargamente decepcionados. Es el veredicto más frustrante que he tenido", afirmó el abogado defensor Mickey Sherman, agregando que no creía "ni por un nanosegundo" que la rivalidad de dos hermanos por la misma chica fuera un motivo serio para matar.
El hermano menor de Michael, David Skakel, describió el juicio como una "caza de brujas" y sostuvo que su familia fue objeto de 27 años de intimidación e insinuación.
Moxley fue encontrada en el césped de la casa de sus padres muerta a golpes con un palo de golf que los investigadores vincularon con un equipo de golf de la madre de Skakel.
Las autoridades dijeron que Moxley había sido asesinada la noche anterior.
Una coartada dudosa
Al inicio de las pesquisas, las autoridades se centraron en Thomas Skakel, el hermano mayor de Michael y la última persona que admitió haber visto con vida a Moxley.
Pero la investigación se estancó durante dos décadas hasta que se detectaron discrepancias entre las declaraciones que Michael Skakel hizo originalmente a la policía y las que suministró a investigadores privados contratados por su padre en 1992 para limpiar su nombre.
Pero los fiscales dijeron que Skakel hizo algunas confesiones y declaraciones incriminatorias a algunos compañeros de clase de la escuela Elan, de Maine, para adolescentes con problemas, especializada en dar tratamiento por abuso de drogas y alcohol.
El fiscal Jonathan Benedict dijo que un compañero de la escuela Elan, Gregory Coleman, describió a Skakel como "un muchacho malcriado que se ufanaba del asesinato y decía que podía salirse con la suya en todo lo que hiciera".
Coleman testificó ante un jurado investigador que Skakel confesó el crimen en 1978, pero luego dijo que estaba bajo los efectos de la heroína cuando declaró. Coleman murió el año pasado de una sobredosis de droga.