Zamboanga, Filipinas. - El misionero estadounidense Martin Burnham -secuestrado desde hacía más de un año en Filipinas- murió ayer en manos de guerrilleros musulmanes durante una operación militar para socorrerlo. Su esposa Gracia, hecha prisionera junto con él, resultó herida pero pudo ser rescatada. La presidenta Gloria Macapagal Arroyo le aseguró a George W. Bush que su gobierno haría pagar a los rebeldes por la muerte de Martin Burnham. La enfermera filipina Deborah Ya, que también era rehén de la guerrilla Abu Sayyaf (vinculada con la red Al Qaeda de Osama Bin Laden), murió en el mismo tiroteo en la isla de Mindanao, sur de Filipinas.
En Manila, Arroyo dijo que Abu Sayyaf no podrá escapar. "Los terroristas no saldrán impunes de esto. No pararemos hasta que se acabe Abu Sayyaf", dijo, al anunciar la muerte de Burnham y de la enfermera filipina.
La esposa de Burnham, Gracia, se recuperaba en un hospital de una herida de bala en una pierna sufrida durante el tiroteo en la jungla de la provincia de Zamboanga del Norte, en Mindanao, a 800 kilómetros al sur de Manila.
Los Burnhams, de Wichita, en el estado norteamericano de Kansas, llevaban 19 años de matrimonio, y formaban parte del grupo de tres estadounidenses secuestrados por Abu Sayyaf en mayo del año pasado. El otro estadounidense, Guillermo Sobero, fue decapitado por los rebeldes un mes después.
Combate encarnizado
Cuatro rebeldes y al menos siete soldados filipinos murieron en el enfrentamiento. El ejército estadounidense dijo el intento de rescate fue lanzado después que las tropas rodearon a unos 40 guerrilleros y a sus captores en la selva donde buscaban refugio. "A la primera ráfaga de disparos, la señora Burnham corrió inmediatamente. Fue entonces cuando los soldados la pudieron rescatar y la llevaron a un helicóptero", dijo el brigadier general filipino Eduardo Purificación.
Canales de televisión afirmaron que los guerrilleros ejecutaron a Burnham durante la batalla y luego huyeron. (Reuters)